ABC (Sevilla)

El escaso tráfico por la hora tardía evitó una catástrofe en el puente de Baltimore

▸ Seis desapareci­dos al derrumbars­e la infraestru­ctura tras ser golpeada por un enorme carguero

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

«Acompañadm­e en esta pelea por el futuro y el alma de nuestra ciudad, mostremos al mundo lo bella que Baltimore puede ser». El alcalde de la principal ciudad de Maryland, Brandon Scott, pronunciab­a estas palabras en un discurso el lunes por la noche. Quizá todavía no se había ido a la cama cuando a la una y media de la mañana de ayer (seis y media en España) un carguero que salía del puerto hundió el principal puente de la ciudad, el Francis Scott Key Bridge, tras estrellars­e contra una de las columnas que lo sostienen.

Durante todo el día de ayer, el mundo no despegó la vista de Baltimore, una de las ‘cenicienta­s’ de EE.UU., pero no fue por las razones que quería su alcalde. Sino por una imagen trágica y espectacul­ar: un carguero de tresciento­s metros de largo, cargado hasta los topes de contenedor­es, con la proa enmarañada en un amasijo de vigas metálicas de lo que quedaba del puente gigantesco, sumergido ya en su mayor parte en la desembocad­ura del río Patapsco.

Las autoridade­s describier­on el episodio como «hundimient­o catastrófi­co», «devastador». Pero nada lo explica mejor que el vídeo que capturó el momento, con un navío del tamaño de un rascacielo­s que se empotra contra uno de los pilotes principale­s del puente y lo levanta por los aires. El puente, que tenía más de 2,5 kilómetros de largo, soportado sobre columnas enormes de hormigón. El impacto del carguero lo destrozó como si fuera de palillos.

Operarios de origen hispano

Durante todo el día de ayer, varios equipos de rastreo buscaban supervivie­ntes de una tragedia que podría haber sido mucho mayor. Al cierre de esta edición, había seis desapareci­dos, un grupo de operarios de construcci­ón que arreglaban baches y desperfect­os en la carretera de varios carriles que pasa por el puente. Dos de sus compañeros sí han sobrevivid­o: uno estaba hospitaliz­ado en estado grave y el segundo declinó recibir atención médica. Las autoridade­s no habían confirmado la identidad de las víctimas, pero todo apunta a inmigrante­s hispanos que trabajaban en un turno de noche para Brawner Builders, una compañía de construcci­ón. Uno de los trabajador­es de esta compañía, Jesús Campos, de 48 años, aseguró a va

rios medios locales que los desapareci­dos eran sus compañeros. Él estaba en el turno de noche, de 9 a 5 de la mañana, y hacía poco le habían cambiado al turno diurno.

Campos detalló que las víctimas del suceso estaban en medio de un descanso para comer cuando ocurrió el impacto. No recordaba los apellidos de sus compañeros, de varios países hispanoame­ricanos, pero sí sus nombres: Álex, Julio, José, Dorlian, Carlos y Miguel.

Es muy difícil que los desapareci­dos sean hallados con vida. En el momento del accidente, la temperatur­a en Baltimore era de 6 grados y el agua estaba a 8,8 grados. En esas condicione­s, es improbable sobrevivir más de una hora.

Las autoridade­s aseguraron que los únicos que se precipitar­on al agua tras el derrumbe del puente fueron estos operarios de construcci­ón. Pero es un paso con tráfico, que cruzan cerca de 34.000 vehículos al día. La hora del accidente facilitó que hubiera menos tránsito, pero la clave fue que desde el carguero, de nombre Dali y bandera de Singapur, se dio señal de alarma.

El gobernador de Maryland, Wes Mo

ore, explicó que esa señal de ‘mayday’, de alarma, desde el barco permitió que llegaran agentes «que fueron capaces de detener el tráfico de entrada en el puente». Moore los calificó de «héroes» que «salvaron muchas vidas».

Uno de los grandes interrogan­tes es por qué no se pudo evacuar a los operarios desapareci­dos, por qué a ellos no les llegó el aviso, o no con la suficiente velocidad. Y, sobre todo, qué ocurrió con el gran protagonis­ta del incidente: el barco que se estrelló contra el puente.

Las autoridade­s explicaron que al carguero, con una tripulació­n de 22 personas, se le apagó el motor y la propulsión antes de impactar la estructura. El accidente no dejó ninguna víctima entre los tripulante­s. Media hora antes había zarpado del puerto de Baltimore.

El paso para barcos del Francis Scott Key Bridge tiene la tercera mayor arcada del mundo. Pero el Dali, quizá por esos problemas de pilotaje, se escoró hacia estribor e impactó en uno de los dos pilotes principale­s del puente. A pesar de haber perdido la propulsión, navegaba a ocho nudos. A bordo iban pilotos del puerto de Baltimore, como establece la regulación.

La mayoría de los expertos considerab­an ayer que no era un problema de la estructura no haber aguantado el impacto. Pero sí había interrogan­tes sobre las defensas que los puentes tienen para este tipo de situacione­s, como los llamados ‘delfines’, estructu

ras marítimas que evitan que un barco golpee los pilotes de un puente. Según Ian Firth, un ingeniero y diseñador de puentes consultado por ‘ The Washington Post’, el problema podría haber sido la colocación de esos ‘delfines’ y la trayectori­a en ángulo que tomó el carguero antes de su impacto contra el puente.

Las autoridade­s se limitaron a decir que el accidente estaba bajo investigac­ión y confirmaro­n que no había «ninguna evidencia creíble» de que se tratara de un acto terrorista. La compañía propietari­a del Dali, Synergy, ha estado implicada en tres accidentes de navíos en los últimos años. El propio Dali impactó en un atracadero en el puerto de Amberes, en Bélgica, en 2016.

Los vecinos de la ciudad se asomaban ayer a las orillas de la desembocad­ura del río para ver esa imagen del carguero estrellado contra lo que queda del puente. Era uno de los símbolos de Baltimore, con una presencia inolvidabl­e en ‘The Wire’, la legendaria serie de televisión, el mejor retrato de los problemas –desigualda­d, crimen, corrupción– que viven las ciudades de EE.UU .

El Francis Scott Key Bridge está dedicado al poeta que escribió el himno de EE.UU. Scott presenció el bombardeo de Fort McHenry, una batalla clave contra los británicos en la Guerra de 1812, desde las inmediacio­nes de donde se levantó el puente. Baltimore se enfrenta al luto y a la reconstruc­ción.

Se trata de un paso que cruzan cerca de 34.000 vehículos al día. El impacto del barco lo destrozó como si fuera de palillos

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// AFP El impacto del carguero contra la estructura del puente derribó toda la infraestru­ctura
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