Juan Cartaya retrata el esplendor de la Sevilla del XVI en ‘Plata de Indias’
▸La novela es la segunda entrega de la serie del canónigo Francisco Pacheco y del veinticuatro Fernando de Medina ▸Ambientada en 1579, aparecen Felipe II, Isabel I de Inglaterra y Catalina de Médicis, entre otros personajes
Sevilla fue en el siglo XVI el centro del mundo conocido gracias al comercio con América, pero también la ciudad albergó numerosas intrigas. En ese gran escenario es donde se mueven el canónigo Francisco Pacheco y el veinticuatro Fernando de Medina, que tras ‘El rey morirá en Sevilla’ (Almuzara) ahora vuelven a protagonizar una trama de suspense ambientada en 1579 y en la que deberán recuperar un cargamento de plata de contrabando que podría alterar el destino de los Países Bajos y poner en peligro el equilibrio del poder en Europa. El resultado es la trepidante novela de Juan Cartaya (Sevilla, 1965) ‘Plata de Indias’ (Almuzara), segunda de la serie protagonizada por estos dos personajes que existieron en la vida real.
Comenta el autor que una obra como esta «tiene un gran trabajo de documentación historiográfica». «Nunca había escrito novela y decidí hacer una serie sobre la Sevilla del siglo XVI porque es muy atractiva y tiene muchísimo interés. Quería destacar algunos acontecimientos relevantes», subraya.
En la primera novela de la serie, ‘El rey morirá en Sevilla’ (Almuzara, 2023), este historiador usó como percha argumental la visita de Felipe II a Sevilla en mayo de 1570 e hizo una conjura en torno a ese tema. «El rey venía de Córdoba y avisó sólo con 15 días de antelación de su llegada a Sevilla. Novelé una pretendida conjura de los moriscos de las Alpujarras para acabar con su vida», dice. En esta nueva entrega, además del monarca español aparecen también Isabel I de Inglaterra y Catalina de Médicis, entre otros.
En esta serie los protagonistas son el canónigo Francisco Pacheco y Fernando de Medina. El primero era tío del pintor que lleva el mismo nombre y futuro suegro de Velázquez. Era beneficiado y capellán real de la Catedral, además de humanista. Por su parte, Fernando de Medina era un caballero veinticuatro de Sevilla y capitular de la ciudad. «Son una especie de Sherlock Holmes y Watson en la Sevilla del XVI. En función del tema, uno tiene más protagonismo que otro. No hay uno más brillante y otro en segundo plano, sino que van alternando porque los dos son muy sagaces», dice el autor de ‘El rey morirá en Sevilla’.
En esta nueva entrega el tema central se basa en la alta política europea del siglo XVI. «Hay una conjura para arrebatarle Flandes a Felipe II. Los Estados Generales de Holanda le ofrecen al duque de Anjou el trono de las Provincias Unidas. Lo único que novelo es la participación de Antonio Pérez en esa conjura. Eso se combina con un cargamento de plata traído de Flandes para pagar la conjura», añade Juan Cartaya, que, además de en Sevilla, sitúa la acción en otros lugares como Sanlúcar de Barrameda, Madrid, Londres y París.
Asegura este historiador que Sevilla en el siglo XVI «fue de las ciudades más importantes del mundo. Aún estaba lejos de la decadencia del siglo XVII. Es la capital de la monarquía hispánica y una ciudad que está transformándose, que crece continuamente y en la que se están construyendo espacios nuevos. En 1579 se construye la Capilla Real. Los cuerpos de Fernando III, Alfonso X, Beatriz de Suabia y del infante Don Fadrique, entre otros, estaban enterrados en la librería de la Catedral, en una capilla provisional en el Patio de los Naranjos. Se construyó una máquina enorme en
el trascoro que hizo Jerónimo Hernández con el asesoramiento de Pacheco. Fue un catafalco para los cuerpos reales. Ese traslado se hizo de sevillanas maneras y en vez de hacerlo como cabía esperar por las naves de la Catedral, los cuerpos se llevaron por la calle y los acompañaron 12.000 cofrades».
La novela refleja igualmente el auge de las hermandades. De hecho, hay dos personajes históricos miembros de la hermandad de Pasión, Juan Escalante de Mendoza —escritor, navegante y cartógrafo, autor del libro ‘Itinerario de navegación’ 1575— y Andrés Canel, que en
un futuro sería mayordomo de la corporación y quien probablemente encargaría la talla del Señor de Pasión a Martínez Montañés. Además, se describe el convento de la Merced, los astilleros de Triana, etc.
Añade este historiador que «en mis novelas coloco una coda al final y explico todo lo que es histórico y lo que no, refiriéndome con detalle a las fuentes. Describo lo que pudo haber sido, lo que es cierto y lo que no. La mayoría de los personajes que retrato son históricos. Si no se sabe de lo que se escribe se puede meter la pata», matiza.
La presencia de Antonio Pérez en la novela habla de un personaje que fue «muy controvertido, ya que era capaz de lo mejor y de lo peor. Fue un diplomático muy hábil que se enfrentó al rey por cuestión de supervivencia y uno de los principales propagadores de la leyenda negra de Felipe II junto a Guiller
En la novela aparece Antonio Pérez, principal impulsor de la leyenda negra de Felipe II junto a Guillermo de Orange
mo de Orange. Los ilustrados lo convirtieron casi en un santo laico, pero fue en verdad un personaje poliédrico con sus luces y sombras», dice el autor.
En contraste a Antonio Pérez, el sevillano Mateo Vázquez, que tiene mucha más presencia en esta segunda novela, se mostró mucho más leal a Felipe II. Fue protector de Pacheco y aconsejó al rey. Era tío de Mateo Vázquez de Leca, que encargó a Martínez Montañés el Cristo de la Clemencia para su oratorio de la Cartuja.
Juan Cartaya prepara las dos siguientes novelas de esta saga. Una, ‘Los dos ingleses’, se ambientará en 1587 y se centrará en unos espías ingleses que quieren robar unos planos de la Armada Invencible que ayudarán a Isabel I a derrotarla. La cuarta entrega, ‘Profecía’, transcurre en 1589 y resalta el poder que tuvieron las mujeres en el siglo XVI, sobre todo en el ámbito religioso.