La Federación esgrimió «confidencialidad» para ocultar el contrato de Piqué
▸ Camps, el número dos de Rubiales, detalló a la juez cómo la RFEF se saltó a su propio departamento de integridad
Camps: «Kosmos fue contratada por la empresa pública de Arabia y son ellos los que deben saber si era necesaria su actuación
Hace más de cuatro años que Ana Muñoz Merino dimitió como vicepresidenta de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). La catedrática nacida en Valencia de Don Juan (León), que fue presidenta de la Agencia Antidopaje y directora general del Consejo Superior de Deportes (CSD), dejó su cargo como responsable del departamento de integridad de la RFEF después de que Luis Rubiales suscribiese el contrato para jugar la Supercopa de España en Arabia Saudí, un país con limitación de libertades para la mujer, con la intermediación de Gerad Piqué. En una declaración ante la magistrada del Juzgado 4 de Majadahonda que investiga el caso, la mano derecha de Rubiales, Andreu Camps, explicó cómo el equipo directivo de la Federación eludió, sorteó y casi toreó al departamento de integridad que ellos mismos crearon para nada, a tenor de los hechos.
Camps testificó hace un mes, el 23 de febrero, y mantuvo la tesis esgrimida por el rubialismo. «Kosmos (la empresa de Piqué) fue contratada por la empresa pública de Arabia y ellos son los que deben saber si era necesaria su actuación». Más preciso fue cuando explicó a la juez cómo la tela de araña tejida entre él, Rubiales y el abogado asesor externo Tomás González Cueto, empezó a eludir la acción del novedoso departamento de integridad.
«El contrato estaba supeditado a informes jurídicos y económicos y ninguna normativa establecía que era necesario un informe del comité de ética. En la Federación se hacen multitud de contratos y los únicos informes necesarios obligatorios eran el jurídico y el financiero», expuso el ex secretario general de la Federación, destituido en septiembre de 2023.
Ana Muñoz también fue citada a declarar como testigo ante la juez el pasado octubre y manifestó que se opuso a la celebración de la Supercopa en Arabia Saudí porque «allí no se respetan los derechos fundamentales». Cuando ejercía como vicepresidenta, pidió ver el contrato porque podía haber un conflicto de intereses, toda vez que la Federación tenía relaciones comerciales con un jugador en activo que iba a participar en el torneo. Pero la Federación, que había creado ese departamento de integridad ausente en el gobierno de Ángel María Villar durante 30 años, hizo lo posible para que la exvicepresidenta no lo analizase. «Ana Muñoz me pidió ver el contrato de Arabia, me pidió éste y otros. Le dije que fuera a mi despacho a verlos y le enseñé el contrato...». Camps aseguró en el juzgado que la vicepresidenta no lo pidió por escrito, «aunque hubiera un mail para decirme que iba a ir a verlo».
Según declaró Muñoz a la juez, le mostraron «tres folios en inglés, que no parecían un contrato». «Era más una declaración de intenciones de que ambas partes pondrían su empeño en que el papel de las mujeres en Arabia se desarrollara según los estándares internaciones, pero ahí no pude ver ningún aspecto económico», dijo.
El aspecto económico eran dos contratos firmados el 15 de mayo de 2019 y el 11 de septiembre del mismo año por la Federación, Arabia Saudí (a través de su fondo de inversión Sela) y Kosmos (la empresa de Piqué) por la que éste conseguía una comisión de 4 millones de euros para cada una de las seis ediciones de la Supercopa, según el informe de la Intervención General de la Administración del Estado, organismo dependiente de Hacienda.
«En las reuniones de la comisión delegada, la junta directiva y la asamblea general se informó del contrato, pero no se enseñó porque había una cláusula de confidencialidad», manifestó Camps en el juzgado.
A los órganos federativos no se les informó de que había participado una sociedad perteneciente a un jugador que competía en el torneo. Camps lo justificó así: «Compliance (el departamento de cumplimiento normativo) nos dijo que Sela era quien contrataba a esa empresa (Kosmos) y la Federación no era parte y no tenía que informar». Compliance estaba al cargo de la abogada Elvira Andrés, quien sustituyó a Ana Muñoz en integridad y ahora ejerce como directora de gabinete del presidente de la Gestora de la Federación, Pedro Rocha, directivo adscrito al rubialismo.
«A la Federación, Elvira Andrés le dijo que no había ningún conflicto de intereses porque quien firmaba el contrato era Sela –justificó Camps–. El presidente (Rubiales) me manifestó que Elvira le había dicho que no era necesario transmitir esa información». Cuando a Muñoz le informaron del acuerdo con Piqué y Arabia, el contrato se había firmado hacía cinco meses.
Camps puso como ejemplo de este tipo de contratos a campeones olímpicos y del mundo «que han aportado su patrocinador a la Federación y nunca se ha discutido ni se ha puesto en duda que eso pudiera crear un conflicto de intereses».