RECOMENDACIONES
Tras una Madrugada intensa, llega la tarde del Viernes Santo con siete cofradías en la calle. Siga esta ruta si no quiere perderse ninguna.
Σ 17.00. La Carretería
Las túnicas de terciopelo azul de los nazarenos de la Carretería retrotraen a los que contemplan esta cofradía a décadas y siglos pasados. Búsquela a esta hora por la calle Gamazo, pero si puede, váyase antes con tiempo a la salida de su capilla a las 16.25 de la tarde. El milagro de cada Viernes Santo le espera.
Σ 18.00. El Cachorro
El Cristo que no muere ha dejado Triana atrás y se interna en el casco histórico de Sevilla camino del inicio de la Carrera Oficial. No se pierda la expiración infinita de este Crucificado de Ruiz Gijón ni a la Virgen del Patrocinio en su palio de estilo oriental. Pura delicia.
Σ 19.45. San Isidoro
Se abren las puertas de la parroquia de San Isidoro para ver la salida de esta hermandad de negro, que es una de las que más monaguillos lleva. La Virgen de Loreto lleva representaciones del Ejército del Aire, de la que es patrona.
Σ 21.30. La Soledad
Avanza la Virgen de la Soledad por Doña Guiomar, camino ya de su iglesia en la calle Carlos Cañal. A sones de marchas fúnebres, la cofradía recorre un barrio exquisito para ver cofradías.
Σ 22.15. La O
En la plaza del Triunfo, junto a la Catedral, la hermandad de la O ha iniciado su camino de regreso a la calle Castilla en Triana. El Señor con la cruz al hombro y la Virgen de la O acaparan las miradas en un marco incomparable como las murallas que rodean el Alcázar.
Σ 00.00. Montserrat
Volvemos al Molviedro para disfrutar del cortejo de una hermandad romántica donde las haya. Si puede, véala de principio a fin y disfrute del Crucificado de Juan de Mesa junto a los ladrones en su paso imponente y al palio de la
Virgen de Montserrat, una joya patrimonial que no se debe perder.
Σ 01.40. La Mortaja
Ya en la madrugada del Sábado Santo, y si aún le quedan fuerzas, diríjase hasta el compás del exconvento de la Paz, en la calle Bustos Tavera, y asista al entierro de Cristo. El maravilloso misterio de esta hermandad, acompañado de 18 ciriales, uno por cada persona que asistió al sepelio del Señor según la tradición, y el muñidor conforman un conjunto sobrecogedor.