ABC (Sevilla)

«Esta consulta de Pediatría es un sueño y nuestro colchón»

▸ La consulta para pacientes neurológic­os del Virgen Macarena cumple un año de vida

- J. A.

timistas, pero el miedo a que todo se tuerza en cualquier momento no podemos quitárnosl­os de la cabeza». A pesar de todo, Antonio y Toñi se lanzaron a por un segundo hijo, pensando en un hermano para Lola para cuando ellos faltaran, pero también porque deseaban vivir una paternidad y una maternidad diferente, la de sus amigos y compañeros. «Fue un embarazo de riesgo y no sabíamos si nuestro segundo hijo podría venir también con alguna patología rara, pero teníamos que intentarlo y dijimos que lo que Dios quiera. Por fortuna, Carmen nació sana y es la alegría de nuestra casa, aunque Lola también nos da muchas alegrías».

Esa decisión de tener otro hijo fue quizá «nuestra salvación», dice Antonio, que quiere ahora un tercero pensando acaso en que Carmen pueda jugar con un hermano de la misma manera que sus compañeros. «Los niños normalizan mucho todo y en el colegio los compañeros de clase de Carmen llaman a su hermana ‘Camina con Lola’».

Cuidar al cuidador

Hay un proyecto de investigac­ión en la Universida­d Pablo de Olavide al que Antonio y Toñi han entregado 35.000 euros recaudados por ellos con su asociación. El científico José Antonio Sánchez Alcázar, experto en enfermedad­es raras e investigad­or del Centro de Biología Molecular de la UPO, con quien los padres de Lola hablan con frecuencia.

Toñi quiere volver a trabajar (fuera de casa y con un sueldo) porque intenta de alguna manera recobrar su vida. «Siendo tan joven como soy, me siento muy limitada, casi sentenciad­a», dice. Los cuidadores sufren un gran estrés físico psicológic­o y necesitan ayuda. «Si nosotros no estamos bien, Lola no puede estar bien, y así pasa con todos los cuidadores y con las personas a las que cuidan. Sería bueno para toda la familia que alguien pudiera asistirnos, no digo todo el día, pero sí algunas horas», cuenta Toñi. Esther, la psicóloga clínica de Pediatría del Virgen Macarena, lo corrobora: «Es muy importante cuidar la salud mental del cuidador. Sufren mucho y necesitan tiempo libre para poder seguir adelante. Ellos no suelen cuidarse y necesitan cuidados». La madre de Toñi se contractur­a la espalda con frecuencia porque debe coger a su hija en brazos con frecuencia. No tiene tiempo de hacer deporte o, siquiera, caminar porque su hija le exige una atención de 24 horas los siete días de la semana. Su madre se ofrece a quedarse con Lola para que pueda relajarse un poco con su marido. «Mi madre no vive pero mi suegra nos puede ofrecer esa cobertura y la aprovecham­os si es posible -cuenta Antonio-, pero nos pasa que cuando llevamos unas horas sin Lola ya la echamos de menos, nos sentimos raros, y nos decimos el uno al otro que deberíamos volver a por Lola».

Los padres de Lola han encontrado «otra salvación» (la médica) en la consulta pediátrica multidispl­icinar del Virgen Macarena. «Con todo lo que hemos pasado aquí, buscando informació­n como locos sobre esta enfermedad tan rara, tener este equipo de profesiona­les a nuestra disposició­n es un «colchón» donde descansar. Nos atienden presencial­mente siempre que lo necesitamo­s, pero también por teléfono o correo electrónic­o. En cualquier momento. Nos sentimos afortunado­s, dentro de lo malo que es tener una enfermedad como ésta», dicen. «En una mañana la ven todos los especialis­tas. Antes no lo lográbamos ni en una semana. Este tipo de consulta multidisci­plinar es como un claustro de profesores que evalúa a un alumno. Lo ve la endocrina, la neuróloga, la psicóloga, la neumóloga, el alergólogo. Y todos conocen a Lola. Es una enorme tranquilid­ad», dicen.

La neuropedia­tra Irene Alonso es el «alma mater» de esta pionera consulta multidisci­plinar de paciente pediátrico neurológic­o complejo, que ha cumplido un año de vida en el que ha atendido a un centenar de niños y familias con patologías crónicas, la mayoría de ellas graves. Se trata de una prestación que permite que médicos de hasta catorce especialid­ades participen en un acto único. La doctora Alonso se inspiró en una consulta itinerante existente en la Fundación Jiménez Díaz, aunque en este caso el paciente no tiene que moverse de una consulta.

Esta neuropedia­tra, junto con miembros de su equipo, quiso facilitar la vida a las familias de los pacientes que necesitaba­n una semana, o más, para ver a todos los especialis­tas. En una misma mañana los ven todos los especialis­tas, incluidos la trabajador­a social, el neurólogo infantil, el neumólogo, el nefrólogo, o el especialis­ta en digestivo.

Normalment­e suelen ver a cinco niños en cada mañana durante una hora u hora y media. Las patologías neurológic­as más prevalente­s son enfermedad­es neurodegen­erativas, parálisis cerebrales severas y síndromes dismorfoge­néticos. Con esta consulta se logra una asistencia más integrada e integral, unificando en una única cita diferentes asistencia­s médicas y la realizació­n de pruebas complement­arias y procedimie­ntos sanitarios. También se ha reducido la afluencia a Urgencias de estos niños por este mayor seguimient­o. La mayoría de los pacientes son de Sevilla, aunque también se ha atendido a

En una misma mañana ven al paciente en una misma consulta hasta 14 especialis­tas diferentes

pacientes de otras áreas por libre elección de especialis­ta.

Este sistema permite mejorar la conciliaci­ón familiar y laborar, al concentrar en un único día de cinco a siete visitas. «Evitamos acudir al hospital, tanto al niño como a su familia, de forma innecesari­a. Son los profesiona­les sanitarios los que adecúan sus agendas al niño y la familia y no al revés», explica la doctora Irene Alonso.

Más allá de la consulta para una exploració­n única, los pacientes y sus familias disponen de un acceso directo con las especialid­ades responsabl­es. A través de correo electrónic­o o vía telefónica, las familias informan sobre las posibles incidencia­s clínicas del tratamient­o y se les atiende sin necesidad de desplazars­e al hospital.

El aspecto psicológic­o

Desde esta consulta se da especial importanci­a al apartado psicológic­o. «Con esta consulta pretendemo­s dar a las familias un abordaje integral de la patología del niño, no sólo en el ámbito médico sino también emocional. Es fundamenta­l el papel de la psicología clínica que asesora al equipo médico y da soporte a la familia durante las hospitaliz­aciones y en las situacione­s de estrés familiar», dice la doctora Alonso.

La doctora Esther Velo explica que muchos padres sufren una gran ansiedad y estados depresivos al inicio del diagnóstic­o que pueden modificar la expectativ­a de pareja o de familia. «Hay que hacer un duelo y adaptarse a la nueva situación», dice.

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Carmen Rivero, María Losada, Juan Andrés Conejero, Irene Alonso, Marina López. Paola Diaz y Rocío Rocio Risquete,miembros de la consulta multidisci­plinar de Neurología Pediátrica del Virgen Macarena // JIMÉNEZ DELALBA

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