La verdad es un lujo
AJUSTE DE CUENTAS
El estudio más completo sobre las noticias falsas revela que los rasgos socioeconómicos son clave
¿ Está muerta la verdad periodística? Esta pregunta es el provocador título de un artículo del último número de la ‘American Economic Review’. Se trata de un trabajo que intenta comprobar si es cierto que la posverdad triunfa sobre la verdad, al menos en Estados Unidos. «Uno de los mayores desafíos que enfrentamos en nuestra democracia es el grado en que no compartimos una base común de hechos», advirtió Barack Obama. El texto firmado por los economistas
Charles Angelucci (MIT, Sloan School) y Andrea Prat (Columbia) reseña las conclusiones de uno de los trabajos más completos que se ha hecho sobre qué tan informados están los estadounidenses sobre la política y su capacidad para reconocer las ‘fakenews’.
Cuando se enfrentan a una noticia verdadera y otra falsa, el 47% de las personas que participaron en el estudio eligieron sin dudar la verdadera, un 3% eligieron confiadamente la falsa y la mitad restante no estaba segura o dudó. A partir de estos datos, los autores estiman que el 82% de las personas identificarían correctamente la información verdadera de la falsa si se le presentaran noticias recientes. Estos resultados permiten a los autores afirmar que la verdad periodística no está muerta. Pero lo más interesante son las razones que hay detrás del discernimiento. ¿Qué predispone a que una persona reconozca las noticias falsas? La principal razón es la desigualdad socioeconómica, por encima de la congruencia partidista, como sugiere la frase de Obama, que ha dado pie a la denominada ‘hipótesis de los universos paralelos’, donde cada persona le otorga credibilidad a las noticias que calzan con sus simpatías políticas.
La congruencia partidista es relevante. Ante un cuestionario con noticias verdaderas y falsas, los au