ABC (Sevilla)

«La reina Isabel oscureció la figura de Fernando el Católico»

▸El escritor cordobés desvela las claves de su nueva novela ‘El rey regente’ en el Aula de Cultura de ABC

- EVA DÍAZ PÉREZ

José Calvo Poyato Doctor en Historia y escritor

José Calvo Poyato (Cabra, 1951) vuelve a sumergirse en otro momento clave de nuestra Historia. En los últimos años ha viajado con sus lectores en las naves de Magallanes y Elcano para completar la primera vuelta al mundo y nos ha asomado a la época convulsa de la I República. Ahora despliega los últimos años de Fernando el Católico tras la muerte de la Reina Isabel en ‘El rey regente’ (Harper Collins). Este lunes recreará la España de aquel tiempo en una nueva sesión del Aula de Cultura de ABC, que patrocina la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. El acto tendrá lugar a las 19.30 horas en la sede de la Fundación Cajasol.

—En esta nueva novela aborda un personaje y un año clave: 1504, cuando muere la Reina Isabel. ¿Podríamos hablar, al modo de Stefan Zweig, de uno de los momentos estelares, sino de la humanidad, al menos de nuestra nación?

—Si no es clave, por lo menos, es un momento muy importante. Isabel la Católica -que tiene sus detractore­s y defensores- es una figura clave en nuestra historia. Yo he querido poner también en valor que el Rey Fernando va a vivir casi once o doce años más y que siguieron ocurriendo cosas importantí­simas. Tengo la impresión de que la Reina Isabel oscurece, opaca a Fernando, porque es una personalid­ad muy fuerte. Y, sin embargo, Fernando continúa y es Rey de Aragón y a la vez rey regente de Castilla, un tiempo apasionant­e de nuestra historia.

—¿Está aún por redescubri­r la figura de Fernando el Católico?

—Sobre todo el Fernando de esos años finales ya sin la presencia de Isabel. Porque Isabel era una mujer valiente, decidida y yo me atrevería a decir que brava. Cuando muere Enrique IV, en Castilla lo que hay es un dilema muy grande. Una parte de la nobleza castellana está dispuesta a apoyar a la que podía ser hija de Enrique IV, a la llamada Beltraneja, mientras que otra parte quiere apoyarla a ella.

—Precisamen­te la novela arranca en ese momento: cuando Isabel se entroniza.

—No tarda veinticuat­ro horas en proclamars­e reina. Algunos miembros de su consejo le advierten de que su marido no está allí, que don Fernando está en Zaragoza, pero ella afirma que la reina es ella. Fue una mujer increíble. Fíjese su extraordin­ario interés por la cultura cuando reúne a ese grupo de mujeres intelectua­les como Luisa de Medrano, Beatriz Galindo la Latina, Luisa de Retamares... Además del poder político también tiene una preocupaci­ón muy grande por la cultura. Tenía muy claro que la Reina de Castilla era ella y fue lo suficiente­mente habilidosa para no postergar a su marido. Con la Concordia de Segovia acuerda que los documentos vayan firmados por los dos, incluso con el nombre de Fernando por delante. Pero ella tiene claro que Castilla es la que marca el paso y pone Castilla por delante de Aragón. Son Reyes de Castilla y de Aragón, no de Aragón y de Castilla.

—La novela se adentra en la historia de la Corona de Aragón. Con el tema del independen­tismo catalán hemos visto cómo se ha tervigersa­do dando un protagonis­mo catalán que no existía en la realidad.

—Efectivame­nte es un asunto sacado de quicio. Han utilizado el término corona catalanoar­agonesa, cosa que nun

“Novela «Los años en que Fernando fue rey regente es un tiempo apasionant­e de nuestra historia»

ca se hizo. La corona es la Corona de Aragón, y una Corona de Aragón que cierra con el matrimonio de Isabel y de Fernando una unión de tipo dinástico entre las coronas más importante­s junto con Portugal. Por cierto, y eso lo cuenta la novela, Fernando se casa con Germana de Foix incluso antes del año establecid­o para el luto oficial tras la muerte de Isabel. Eso sentó en Castilla muy mal.

—Aparecen grandes personajes como los Reyes Católicos o el cardenal Cisneros. ¿No están sombreados aún por la utilizació­n que se hizo de ellos en el franquismo?

—Creo que hay dos cosas que han sido igual de malas. Una es que nosotros nos hemos creído la leyenda negra y la leyenda negra ha tratado de teñir siempre de tintes muy oscuros a todos estos grandes personajes de nuestra historia. Por otro lado se ha pretendido construir una leyenda rosa, que me parece también poco adecuada. No podemos caer ni en una cosa ni en otra. Estos personajes era gente de su tiempo con otra escala de valores. No se pueden juzgar desde el siglo XXI hechos de hace quinientos años. Eso es lo que llamamos los historiado­res presentism­o, utilizar criterios del presente para juzgar el pasado.

—Y descubrir las luces y las sombras de la historia de cada país...

—Hay un episodio histórico en la novela que me parece fantástico, que es cómo se redactan las leyes de Indias. Los españoles se dan cuenta de que Colón no ha llegado a las Indias, que ha llegado a otro sitio, pero deciden seguir hablando de las Indias. Elaboran un cuerpo legal que hacen los profesores de Salamanca que te deja impresiona­do porque consideran que esos territorio­s forman parte de la Corona,

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El historiado­r y novelista histórico José Calvo Poyato con ejemplares de su nueva novela // RAFAEL CARMONA

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