‘Muros’, la terrible odisea en la cárcel de los presos comunes
▸ David Miralles dirige la serie documental, que se estrena hoy en Movistar Plus+
Uno de los secretos mejor guardados de las cárceles españolas es el de los presos comunes. Son mayoría, aplastante, frente a los criminales peligrosos, asesinos irredentos o delincuentes tan terribles que asustan, y sin embargo están silenciados; nadie habla de ellos, así que a ojos del mundo, prácticamente no existen. «El 80% de la gente que habita en nuestras cárceles, o nuestros centros privados, es la gente que no merece estar en prisión, gente que ha cometido delitos comunes, que a veces ha reincidido muchísimo, pero que todos vienen de lo mismo, de la exclusión social, la pobreza, las adicciones, la enfermedad mental, la inmigración [...] Eran como los sin voz, nunca se habla de ellos», cuenta David Miralles, creador y director de ‘Muros’, la nueva serie documental que estrena hoy Movistar Plus+ en colaboración con Buendía Estudios.
En los cuatro capítulos de ‘Muros’, hay risas y llantos, gente que baja los brazos y se acostumbra a la vida entre rejas. También hay esperanza, como la del joven Mehdi, que sueña con hacer un viaje a los países nórdicos. Hay de todo, pero la mayoría no son diferentes de cualquiera. «La gente se acostumbra a todo, incluso a la falta de libertad, que creo que es lo más terrible que a uno le puede pasar», dice el director, que rodó en los centros de Madrid I Mujeres (Alcalá Meco), Teixeiro (La Coruña), Madrid V (Soto del Real) y El Acebuche (Almería) con una libertad de movimientos sin precedentes gracias a la colaboración de Instituciones Penitenciarias, pasando tiempo con los presos, escuchando sus historias, entendiéndolos, ganándose su confianza.
No vio episodios violentos pero sí le violentó lo dura que es la vida cuando vives aislado. «Notas enseguida la densidad y el peso del encierro. Tienes ganas de salir para poder encender el móvil y escribir a tu pareja. O a tu hijo. O a tu madre. Porque dentro no hay móviles, no puedes comunicarte», aclara. No es que se sienta miedo, sino ganas de salir, de inmediato. Y, sin embargo, la mayoría de esos presos comunes reinciden, se quedan cinco, diez, quince o veinticinco años. «Enquistados». «La cárcel es un lu