ABC (Sevilla)

El sueño de la mandarina

Da la impresión de que busca solo la elegancia en la música. Lo demás le sobra

- J. FÉLIX MACHUCA

AL igual que el replicante Ron Batty confesaba que había visto cosas que nosotros no creeríamos, como el brillo de los rayos C en la oscuridad de la Puerta de Tannhausse­n, en la noche de la radio 92.0 del dial de FM, Paco Gallardo me ha hecho escuchar cosas que nunca imaginé. Cosas como la versión del Take five en la Filarmonic de Berlín en los años setenta del pianista Debe Bruberk. Cosas como la marcha Amarguras tocada en clave de jazz por músicos locales. Cosas como la versión de Angelitos negros en castellano por Roberta Flack. Cosas como el Epitah de King Crimson cantado a capela por Greg Lake. Cosas como el Aleluya del grupo local “Harmonia”, integrado por músicos cofrades sevillanos, con el que abrió su magnífico programa dedicado a la Semana Santa. Cosas todas que uno las descubre, emocionado, en la noche de los martes y en la de los jueves en la radio de Tomares, ese dial 92.0 que les refería más arriba. Gallardo, que tiene el compás que le sobraba a su padre al frente de la Virgen de las Angustias, es otro doctorado en el Harvard local de la música que se estudió en la Voz del Guadalquiv­ir, con catedrátic­os de la talla de Paco Sánchez y Luis Baquero.

En el cuadro de honor de aquella generación está la foto de Gallardo. Que quizás sea uno de los conductore­s más dotados en hacer brillar la noche, incluso la más oscura, rescatando a base de elegancia y tino temas intocables de su nómina de hijos predilecto­s: Boublé, Michael Franks, McCartney, Jesús de la Rosa, Gino Vanelli, Clapton, Emerson, los niños del fluido rosa…Su abanico musical se abre como un compás de buen gusto y distinción. De hecho, bautiza a su música como la más elegante, y no es un calificati­vo gratuito. Da la impresión de que no hay otro objetivo en su trabajo que ese: lo demás le sobra. Su música rebosa elegancia desde que pincha una bosa nova hasta que se compromete con el rock progresivo. Por algo su programa de la noche de los martes se titula Etiqueta negra. Traje de gala, sofisticad­o y refinado, que nunca ensucia el charol de sus zapatos con los gañafones desaliñado­s de una pelea de gatos.

Muchas de las noches del confinamie­nto fueron más pasajeras gracias a su música. No sabe la de bálsamo espiritual que extendió sobre aquel tiempo de angustia. Oírle y leer un buen libro, te alejaba de aquellas macabras jornadas donde unos decían que la mascarilla te preservaba, otros que no y algunos otros se enriquecía­n vendiéndol­as a precio de aceite de oliva actual. Gallardo es su tiempo. Y su espacio, donde hace soñar a las mandarinas, desde el 92.0 de la FM en la radio de Tomares…

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain