CIUDAD Y REAL Un Princesa de Asturias y Hellboy dan color al real
▸Derrick Rosi, creador de la vacuna de Moderna contra el Covid, recibió la Caseta de Oro en el número 12 de Chicuelo
El primer día de recepciones oficiales en la Feria de Sevilla arrancó este domingo al ralentí. Las citas de gañote fueron escasas, apenas contadas con los dedos de una mano, confirmando así que en estas primeras horas de la semana de farolillos son las reuniones familiares dentro de las casetas las que le ganan la partida a los compromisos sociales que colapsan la agenda de cualquier sevillano durante el resto de la fiesta. A pesar de todo, algunos clásicos del calendario feriante volvieron a cumplir con su rito de cada año. Ocurrió en la Caseta Municipal, que se abrió a los primeros colectivos de la ciudad y en la que tampoco faltaron las visitas exóticas con las que siempre sorprende el real de Los Remedios. Y, cómo no, sucedió también con la entrega del galardón de la Caseta de Oro, una tradición con más de dos décadas de historia que este año ha evidenciado su relevo generacional.
En el número 12 de la calle Chicuelo, parada obligatoria de cada domingo de Feria, volvieron a actuar como excelentes anfitriones Enrique Moreno de la Cova y Beatriz Valdenebro, marquesa de las Torres de la Pressa. Atendieron a sus invitados, saludaron uno a uno a todos los presentes, pero a la hora de hacer entregar de la Caseta de Oro 2024 prefirieron dar un paso atrás para mantenerse en un discreto segundo plano. En esta ocasión, el protagonismo era para Enrique, Miguel y Enrique, exponentes de esa nueva generación de la caseta que ha tomado las riendas de la gestión de este histórico galardón. Será por eso que el premiado de este año también representaba un cambio de rumbo en el listado de ilustres que le habían precedido, ampliando sus fronteras y dignificando la excelencia profesional de Derrick Rosi, uno de los fundadores del laboratorio Moderna.
Cierto es que no todo los días se puede ver a todo un premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica pisando el albero del real, mucho menos con la sonrisa de agradecimiento y la satisfacción con la que hizo su entrada en la caseta. Tal y como marca el protocolo, el homenaje estuvo precedido por un quinteto de músicos de la Banda del Maestro Tejera que interpretaron pasodobles como obertura del acto de entrega del premio. Rosi, un biólogo de reputado prestigio que participó en una de las vacunas que salvaron millones de vidas en la pandemia del Covid, y al que por tanto no es sencillo sorprender, tenía delante de sus ojos algo que jamás había visto y que seguramente nunca imaginó. Este canadiense, de origen maltés, había cruzado medio mundo para cambiar el instrumental de su laboratorio por un cielo de farolillos estampados en el azul de la tarde, que parecía sacado de el mejor de los óleos costumbristas.
Eso sí, vino perfectamente preparado para la ocasión, con una chaqueta en tonos verdes y una corbata oscura que contrastaba con el colorido floral de quienes lo arropaban. Resistió al calor, que en el interior de la caseta llegó a ser sofocante, y brindó con sus anfitriones por el precio recibido, que en el fondo encerraba una clara intención por reconocer la modernidad, apostar por la investigación y exportar la grandeza de la Fe