La repetición electoral se cuela en la precampaña catalana
▸Las tres grandes formaciones catalanas temen un pacto imposible y están dispuestas a forzar sus posiciones hasta una segunda cita en septiembre ▸La Moncloa vive al día y lo ve bien para ganar tiempo, alejarse de la amnistía y mejorar sus malas encuestas
A la triple cita electoral de esta primavera y los efectos que los resultados en País Vasco, Europa y, sobre todo, Cataluña puedan tener sobre la estabilidad de la legislatura nacional se suma un nuevo ingrediente que ya están contemplando los partidos, tanto a nivel autonómico como a nivel nacional: unos nuevos comicios catalanes ante la posibilidad de que el PSC, Junts y ERC no den su brazo a torcer. El escenario es diabólico y las partidas simultáneas entre Barcelona y Madrid son diversas, pero esta posibilidad es un elemento nuevo que puede condicionarlo todo: de producirse, Cataluña sería llamada de nuevo a las urnas entre finales de septiembre y mediados de octubre.
Cuando falta menos un mes para el 12-M, los partidos en liza afinan estrategias ante esta hipótesis, aunque nadie lo admite ni lo admitirá públicamente. Las tres grandes formaciones catalanas temen un pacto imposible y están dispuestas a forzar sus posiciones hasta una repetición. Y patada a seguir.
ABC ha contactado con todos ellos y hay dos sorprendentes elementos comunes. El primero es la queja general de que se les antoja imposible incorporar a la agenda pública cuestiones no vinculadas al debate territorial; y el segundo es la condena a la inestabilidad que supone un resultado que impida formar un gobierno que, con altas probabilidades, necesitará de pactos y tendrá reflejo en Madrid.
En un país como España, en el que la repetición electoral no es excepcional, la novedad está en que un mes antes del 12-M todos los partidos lo contemplan como una posibilidad cierta y por lo tanto, lo incorporan a sus estrategias. Y a tenor de la experiencia, todos se hacen la misma pregunta: en caso de llegar a ese extremo, ¿quién será el partido penalizado por los votantes porque lo consideren responsable de tener que volver a las urnas? Por eso los partidos ya trabajan en una hipótesis que parte de una premisa que está por ver: los independentistas no suman por primera vez en años.
Efecto Puigdemont
En Junts son conscientes de que el efecto Puigdemont tiene dos caras. La primera es positiva para ellos, pues ha propiciado un impulso de sus siglas, una movilización de los suyos, pero tiene un reverso tenebroso: les impide salir del monotema del expresidente prófugo –si viene o no viene, cuándo viene, cómo viene– y, sobre todo, traslada una imagen de partido hueco y de proyecto unipersonal. Además, en un duelo electoral tan disputado en el que cada voto cuenta, preocupan levemente los votos que puedan arañar proyectos como el de Clara Ponsatí, y no sólo en el entorno más intelectual ligado a Barcelona, o el partido de extrema derecha Aliança Catalana. Según ha podido saber ABC, en los trackings que manejan los distintos partidos catalanes existe una posibilidad de que accedan al próximo Parlament con tres escaños por Barcelona, lo que, por cierto, daría escaño al primo del president Aragonès.
Otra cuestión en la que coinciden todos los partidos consultados es el hartazgo ciudadano tras años de ‘procés’ y la necesidad que sostienen todos de que hay de salirse de ese discurso: pero la realidad es que el PSC aprueba una amnistía que había negado, Aragonés se va al Senado a hablar de referéndum y financiación singular, Puigdemont dice que quiere derribar al Estado y, enfrente, el PP y Vox estiran todo lo posible el debate sobre la amnistía primero por convicción y después, como es lógico, por interés táctico electoral.
No es un tema menor, en este sentido, que precampaña y campaña electoral coincidan con el zarandeo al que el Senado está sometiendo al Gobierno y al PSOE (y por extensión al PSC) con el asunto del perdón. Y no es menor tampoco el hecho de que el adelanto electoral propicie que toda esta partida se juegue con la amnistía sin estar aprobada definitivamente y con todas las dudas que suscita cómo, y sobre todo cuándo, será su aplicación. Esta no es una cuestión que afecte exclusivamente a la libertad de Puigdemont, sino también a la inhabilitación de Oriol Junqueras y a muchos cargos medios que son de ERC y no de Junts.
Illa, paso a paso
El PSC se ve ganador pero teme –y constata– un desgaste electoral. No es lo mismo ganar con 40 que ganar con 33. El cansancio ciudadano es, exactamente, el sentimiento que ha sabido canalizar y poner a su favor Salvador Illa en estos últimos años, y es por eso por lo que va pri
mero en las encuestas. No obs