Buenos precios VS volumen de cereales
ARTURO HIDALGO «Lo más importante no es el precio, sino los números que saquemos en cada explotación»
La clave de cualquier empresario, y en particular del agrario, es la cuenta de resultados y, después de dos años complicados, este debe salir positiva. Los precios de los cereales nos llevan al desanimo, pero con el bendito año de lluvias, se hará más llevadero. Las dos principales variables de la gestión de los cereales y oleaginosas de los secanos andaluces son la climatología y los precios. Pero, como en ninguna de las dos podemos influir, si tuviéramos que elegir, a buen seguro que elegiríamos volumen de cosecha, vinculado principalmente a la climatología, y este año no nos está fallando.
Predecir la evolución de los mercados es muy complejo, casi imposible, y el movimiento anual de los precios suele variar poco. Pero pasar de cosechar 2.000 kilogramos por hectárea a 4.000 si que influye en las cuentas de resultados de los agricultores. El consumo cerealista se ha retraído bastante, entre otras razones, las abundantes lluvias recibidas en este año hidrológico, además también las han agradecido los pastos. Si a esto le añadimos que la ganadería se ha reducido bastante en los últimos dos años, no se vislumbran noticias alcistas de cara al inicio de nuestra cosecha.
Entre la bajada de consumo local y los precios de saldo a los que venden los ucranianos, los mercados internacionales nos llevan a unos precios bajos. Además, a esta situación se unirá la presión de nuestra propia cosecha, por lo que este año más que nunca, se debería de apostar por ventas medias muchos meses.
Bendito año, eso por delante, aunque también nos traerá dolores de cabeza, como los problemas con los almacenamientos. Todo apunta a que pasaremos de un año con las naves medio vacías en el interior y los puertos llenos a una inversión de la situación. Qué sabia es la frase de que ‘en los cereales no hay dos años iguales’.
Lo más destacable es que volveremos a ser exportadores de trigo duro y en una cantidad importante, que podría rondar las 400.000 toneladas. También habrá que tener en cuenta que, con una gran cosecha, no esperemos buenas calidades, sobre todo en proteínas. Probablemente, en general, haya un déficit de abonado por los altos costes, y veamos unas calidades opuestas a la cosecha anterior, es decir, deberíamos tener unos buenos pesos específicos y unas bajas proteínas.
Para rematar, insistir en que lo más importante no es el precio, sino los números que saquemos en cada explotación. Y este año, a pesar de que el mercado ha caído mucho en los últimos meses y se prevé una presión de cosecha muy importante, el gran año hidrológicamente hablando nos está salvando los muebles. Como es muy difícil que coincidan las dos variables más importantes, claramente es mejor tener buena cosecha a tener buenos precios.