La Fiscalía es el nuevo Ministerio de Información
El nuevo ‘modus operandi’ de la Fiscalía sólo puede ser un ejercicio de libertad de información. Lo ha dicho hasta el fiscal general
TODAS las secciones de los periódicos tienen sus secretos y complicaciones pero «la de tribunales es Vietnam». La entrecomillo porque esta certera definición no es mía. La acuñó un compañero de la competencia hace años y todos los demás asentimos porque en ese mismo instante supimos, hermanados en la dificultad, que no se podía expresar mejor.
La gestión de la documentación y las fuentes en la cobertura de investigación y casos judiciales es una especie de guerra de guerrillas. Se trata de un delicado juego de espías que no es un juego porque hay derechos de personas por medio. Lejos de lamentarlo les diré que así debe ser porque, recuerden, en este país los procedimientos son reservados, secretos, para el público en general. Por eso el juicio se llama vista pública, porque todo lo anterior no lo es.
Filtraciones aparte, el periodista de tribunales se acostumbra, porque no le queda otra, a no nombrar a sus fuentes, a disimular. A hacer como que no las conoce. A negar según qué contactos. A llevar una vida en secreto. Y esa sólo es una dificultad más en este campo de minas. Si conocen alguno, sepan que pueden, deben, admirarlo. Yo lo hago sin fisuras porque durante unos años me dediqué a tales labores y aún no sé cómo sobreviví.
Por eso, porque aún me resuena aquella época pasada, me alegra sinceramente que la Fiscalía empiece a apiadarse de los sacrificados periodistas de tribunales y se haya atrevido, por fin, a echarles una mano. En aras de una nueva transparencia ha empezado a aflojar información. Lo ha hecho en un caso concreto y probablemente sólo sea una casualidad que le haya tocado justo al novio de Isabel Ayuso. Estoy segura de que se trata de un caso piloto. ¿Cómo va a ser mala fe?
Como ya no me dedico a los tribunales tengo que preguntar a mis compañeros qué les parece el nuevo plan de comunicación en pruebas. Yo, desde fuera, sólo veo ventajas a que si la prensa se atasca, se enreda, se lía, con la ‘info’ de un caso, por ejemplo, el caso Koldo o el que sea, la Fiscalía salga en su auxilio con una nota de prensa. Habrá quien se queje del encaje legal, que si la confidencialidad y esas cosas, pero yo velo por mi gremio. Como periodista no rechazaré nada que le facilite el trabajo a un compañero.
Por eso no me creo eso de que el Gobierno de Sánchez esté instrumentalizando en sus batallas partidistas hasta el gabinete de prensa de la Fiscalía. ¿Cómo va a ser eso verdad? No es posible en una democracia.
El nuevo ‘modus operandi’ de la Fiscalía sólo puede ser un ejercicio de libertad de información. Lo ha dicho hasta el fiscal general. Que se trata de informar a la opinión pública y que él lo refrenda. Démosle la bienvenida al nuevo Ministerio de Información. Aunque suene un poco a otra época pasada.