ABC (Sevilla)

La Fiscalía es el nuevo Ministerio de Informació­n

El nuevo ‘modus operandi’ de la Fiscalía sólo puede ser un ejercicio de libertad de informació­n. Lo ha dicho hasta el fiscal general

- MARÍA JOSÉ FUENTEÁLAM­O

TODAS las secciones de los periódicos tienen sus secretos y complicaci­ones pero «la de tribunales es Vietnam». La entrecomil­lo porque esta certera definición no es mía. La acuñó un compañero de la competenci­a hace años y todos los demás asentimos porque en ese mismo instante supimos, hermanados en la dificultad, que no se podía expresar mejor.

La gestión de la documentac­ión y las fuentes en la cobertura de investigac­ión y casos judiciales es una especie de guerra de guerrillas. Se trata de un delicado juego de espías que no es un juego porque hay derechos de personas por medio. Lejos de lamentarlo les diré que así debe ser porque, recuerden, en este país los procedimie­ntos son reservados, secretos, para el público en general. Por eso el juicio se llama vista pública, porque todo lo anterior no lo es.

Filtracion­es aparte, el periodista de tribunales se acostumbra, porque no le queda otra, a no nombrar a sus fuentes, a disimular. A hacer como que no las conoce. A negar según qué contactos. A llevar una vida en secreto. Y esa sólo es una dificultad más en este campo de minas. Si conocen alguno, sepan que pueden, deben, admirarlo. Yo lo hago sin fisuras porque durante unos años me dediqué a tales labores y aún no sé cómo sobreviví.

Por eso, porque aún me resuena aquella época pasada, me alegra sinceramen­te que la Fiscalía empiece a apiadarse de los sacrificad­os periodista­s de tribunales y se haya atrevido, por fin, a echarles una mano. En aras de una nueva transparen­cia ha empezado a aflojar informació­n. Lo ha hecho en un caso concreto y probableme­nte sólo sea una casualidad que le haya tocado justo al novio de Isabel Ayuso. Estoy segura de que se trata de un caso piloto. ¿Cómo va a ser mala fe?

Como ya no me dedico a los tribunales tengo que preguntar a mis compañeros qué les parece el nuevo plan de comunicaci­ón en pruebas. Yo, desde fuera, sólo veo ventajas a que si la prensa se atasca, se enreda, se lía, con la ‘info’ de un caso, por ejemplo, el caso Koldo o el que sea, la Fiscalía salga en su auxilio con una nota de prensa. Habrá quien se queje del encaje legal, que si la confidenci­alidad y esas cosas, pero yo velo por mi gremio. Como periodista no rechazaré nada que le facilite el trabajo a un compañero.

Por eso no me creo eso de que el Gobierno de Sánchez esté instrument­alizando en sus batallas partidista­s hasta el gabinete de prensa de la Fiscalía. ¿Cómo va a ser eso verdad? No es posible en una democracia.

El nuevo ‘modus operandi’ de la Fiscalía sólo puede ser un ejercicio de libertad de informació­n. Lo ha dicho hasta el fiscal general. Que se trata de informar a la opinión pública y que él lo refrenda. Démosle la bienvenida al nuevo Ministerio de Informació­n. Aunque suene un poco a otra época pasada.

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