Emilio de Justo: «Me siento comprendido en la Maestranza»
▸ El extremeño resalta su capacidad de superación para volver a sentirse importante
Emilio de Justo presentó la cara de la satisfacción, de más a menos, y tras cortar una oreja en el primer toro, Azafrán, lo que le valió para volver a sentirse importante tras recuperarse de su dura lesión, un daño que, como él mismo explicara a ABC, le dejó con secuelas y con la necesidad de medicarse por la rigidez del cuello.
El torero aprovechó o para agradecer el cariño del respetable y para recordar que «dentro de dos días» volverá a torear en el que para él es el palacio de los toreros, la Maestranza: «Estoy muy contento, feliz. Este es el palacio de los toreros. Siempre me he sentido muy comprendido en esta plaza», dijo emocionado ante las cámaras de OneToro TV.
El de Torrejoncillo, Cáceres, reconoció que tuvo momentos de mucha satisfacción y alegría en una tarde muy importante para él con su primer toro. «Ha sido una faena bonita. El toro ha tenido mucha clase. La pena es que no tuviera más fuerza. Luego le exigí. La gente respondió bonito», indicó agradecido.
Tras el segundo, sin embargo, explicó que «la espada ha caído trasera», lo que para él pudo haber sido determinante para quedarse sin la segunda oreja: «La gente ha estado metida en la faena. Pude someter al toro, que en un principio no estaba definido. Ha sido una tarde muy importante. He dado otra vez un paso importante, hacia adelante. Me encuentro muy bien. Dentro de dos días estará de nuevo aquí».
Por su parte, Ginés Marín optó por reconocer que no pudo levantar a un toro sin fondo: «Esa forma de salir aburrido lo ha mostrado también en la muleta. Es una pena esa falta de trasmitir que ha tenido para llegar arriba. El toro tenia cosas buenas, pero le ha faltado fondo».
El jerezano, con igual cara de contrariedad, también mostró su pesar por no haber podido brindar una mejor faena: «Me voy sin triunfo. Es lo que uno viene buscando. El segundo ha sido un toro exigente, difícil. Ha habido tandas por el pitón derecho que me ha permitido que se viera la dimensión de torero que soy. Lo he podido matar hoy bien, pero no hablemos mucho de ello... a ver si voy a perder el sitio».