ABC (Sevilla)

Tres civilizaci­ones camino del Patrimonio Mundial

El yacimiento de la Edad del Cobre de Valencina, con sus nuevos hallazgos, entra en la carrera junto a la Itálica romana y la Carmona cartagines­a el olimpo de la Unesco

- JAVIER MACÍAS SEVILLA

Sevilla es una torre de Babel que se ha ido forjando a lo largo de su historia milenaria, cuyas civilizaci­ones siguen aflorando conforme se va desenterra­ndo el pasado. El último hallazgo ha sido en Valencina de la Concepción, como adelantó ABC de Sevilla el pasado domingo. Allí, durante las obras de la biblioteca municipal, apareciero­n los restos de un recinto amurallado y de una cabaña con paredes de adobe conservado­s de forma extraordin­aria, hasta el punto de que los arqueólogo­s han certificad­o que el yacimiento que está en el subsuelo del actual núcleo urbano de esta localidad aljarafeña, y del que cada vez se conocen más datos, es único en Europa. De hecho, el alcalde del municipio, Ramón Peña, ha decidido empezar la carrera para que la Unesco reconozca que los restos del Calcolític­o, desde los dólmenes hasta este recinto amurallado, sean declarados Patrimonio de la Humanidad.

Valencina, y su Edad del Bronce, está iniciando el camino que ya emprendier­on Itálica y Carmona. Los tres lugares históricos, que fueron asentamien­tos de culturas milenarias que habitaron Sevilla y que forman parte del actual legado monumental que no sólo está en la capital, sino en toda la provincia. Si en Itálica está Roma y Cartago llevó su Estado Púnico a Carmona, en Valencina está la prehistori­a.

Cada una de las tres épocas van a concurrir de forma individual para superar, primero, el dictamen del Ministerio de Cultura, que es quien presenta ante la Conferenci­a de París de la Unesco una candidatur­a cada año de toda España. El camino es largo y está lleno de baches, algunos de ellos técnicos, otros de procedimie­nto pero también los hay de índole político.

Itálica lleva diez años gestando su proyecto hasta que en enero de 2019 entró por fin en la Lista Indicativa del Gobierno de España. Se trata de la única propuesta que parte de la sociedad civil, ya que lo promueve Civisur, una asociación cultural que cuenta eso sí con el respaldo de las adminsitra­ciones local y autonómica. Esa Lista Indicativa es algo así como una cola que va aligerándo­se cada año.

Sin embargo, pese a que ya le estaba llegando su momento, Itálica ha visto frenadas sus aspiracion­es por el nulo interés que el Ministerio que antaño dirigía Miquel Iceta puso en el conjunto arqueológi­co, que va a colar por delante otra candidatur­a que lleva dos años menos en la cola, como es la de Sigüenza, sin mediar más explicació­n. De hecho, ahora que es la Junta de Andalucía la que debe abanderar el proyecto como propietari­a del espacio y como entidad competente ante el Ministerio, desde Madrid se ha pretendido enterrar el plan al considerar que en la lista de bienes declarados Patrimonio de la Humanidad ya hay muchas ciudades romanas.

Esto hizo que Civisur llamara a los mayores expertos del mundo romano para que examinaran las posibilida­des de Itálica, y concluyero­n que no sólo tenía razones para serlo, sino que ya debería haber sido declarada por la Unesco dada su excepciona­lidad como ‘ciudad adrianea’, diseñada ex profeso por el emperador ‘sevillano’.

Carmona, en la liza

Más lejos le queda el camino a Carmona. De la mano del aparejador José María Cabeza, uno de los máximos expertos en patrimonio de Sevilla e hijo predilecto de la localidad de Los Alcores, hace tres años empezó a trazar su carrera hacia la Unesco. Su fortaleza está precisamen­te en lo que las defensas de Carmo han sido capaces de proteger durante milenios. Y es que esta ciudad, que ya existía en la Edad del Bronce, nunca ha dejado de estar poblada en 5.000 años. Es decir, que existía cuando el territorio donde hoy se levanta Sevilla capital aún estaba bajo el agua.

Allí, los cartagines­es levantaron un alcázar del que aún subsisten sus muros inexpugnab­les. Eso permitió que Carmona nunca fuese conquistad­a, lo que lo convierte en un espacio clave para comprender el modo de vida y la arquitectu­ra de todas las civilizaci­ones que la han habitado y han dejado su huella en el paisaje urbano. La altura daba ventaja y la roca alcoriza permite construir sin necesidad de cimentar los edificios, que han mantenido en pie los únicos restos de arquitectu­ra cartagines­a de toda España. Y de ahí su atractivo para Patrimonio Mundial.

Y ahora viene Valencina, el asentamien­to más antiguo que ha aflorado en la provincia, que se ha convertido en un atractivo turístico y cultural, y que ha abierto una vía de investigac­ión inexplorad­a. Cuentan que allí pudo estar la Atlántida, aunque no deja de ser el modo legendario de reconocer el valor patrimonia­l de lo descubiert­o allí. El cuarto espacio sevillano camino del Olimpo.

El conjunto arqueológi­co de Santiponce lleva un lustro esperando en la Lista Indicativa a que se decida el Ministerio

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A la izquierda, el anfiteatro romano de Itálica. Arriba, el alcázar que levantaron los cartagines­es. A la izquierda, el yacimiento de Valencina
// RAÚL DOBLADO/ J.M. SERRANO UNA TORRE DE BABEL A la izquierda, el anfiteatro romano de Itálica. Arriba, el alcázar que levantaron los cartagines­es. A la izquierda, el yacimiento de Valencina

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