Una revuelta en la Comisión deja tocada a Ursula von der Leyen
▸A menos de dos meses de las elecciones europeas, el francés Thierry Breton lidera una rebelión contra la presidenta ▸La presencia de cuatro comisarios socialistas entre los críticos hace pensar en planes para desbancarla
Faltan poco más de 50 días para las elecciones y la Comisión Europea ya es un campo de minas. Hasta ahora, los enfrentamientos directos en el seno de la institución no han sido frecuentes y menos con armamento pesado dirigido contra la presidenta, la alemana Ursula von der Leyen. Que cuatro comisarios se hayan aliado para boicotear un nombramiento aparentemente banal y se jacten después de haberlo conseguido no es algo que suceda todos los días en Bruselas. Es difícil saber si detrás de esta maniobra se esconden planes para impedir que Von der Leyen repita mandato como está previsto, pero en todo caso esto no le va a facilitar el camino.
La revuelta contra Von der Leyen la encabezó el comisario francés Thierry Breton, encargado de Mercado Interior, con una campaña contra el nombramiento del alemán Markus Pieper como representante especial de la Comisión para las pymes europeas. Las presiones contra esta designación, respaldada por Von der Leyen pero rechazada por el Parlamento, han llevado a Pieper a presentar su renuncia el primer día en su nuevo puesto.
Las reticencias de Breton, que forma parte de la familia liberal, podían considerarse naturales, teniendo en cuenta de que esta es un área de su competencia. Sin embargo, resulta menos justificable la entrada en el debate de tres pesos pesados socialistas dentro de la Comisión: el responsable de Economía, el italiano Paolo Gentiloni; el luxemburgués Nicolas Schmit, que es el candidato socialdemócrata para el cargo de presiente de la Comisión y que ahora se ocupa de Asuntos Sociales, y, contra todo pronóstico, el poderoso vicepresidente y responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell.
En medios europeos se considera que la actitud efervescente de Breton obedece a su inquietud ante la aparente pasividad del presidente francés, Emmanuel Macron, que a estas alturas todavía no ha hecho saber quién será la cabeza de lista de su partido (Renew) para las elecciones europeas o si planea ofrecerle repetir el puesto de comisario en la próxima legislatura. Ayer Breton respondió a la renuncia de Pieper con declaraciones en las que se jactaba de su victoria contra Von der Leyen: «Como ocurre con todos los nombramientos de la Comisión, la transparencia, la colegialidad y la meritocracia en el proceso de selección son vitales para la credibilidad del puesto y de la institución en su conjunto».
«Mala educación»
Por su parte, Pieper, que era eurodiputado del mismo partido que Von der Leyen, ha dicho que considera injusto que le hayan obligado a dimitir, ya que había superado con éxito «un proceso de selección muy exigente. Es sorprendente que el comisario Breton, que hasta ahora era responsable de las pymes, quien cuestione el procedimiento. Eso es de mala educación».
Así las cosas, los trabajos en el seno de la Comisión van a ser muy complicados en lo que queda de legislatura, que en esta institución no termina hasta noviembre. Y se puede prever que será aún peor dependiendo del resultado electoral en junio. Por ahora, Von der Leyen solo ha dicho que «lamenta» la renuncia del fugaz responsable de las pequeñas empresas e insiste en que el proceso de su nombramiento fue legal y su candidatura la adecuada, lo que no le exime de tener que bregar con sus cuatro comisarios rebeldes en una institución que toma sus decisiones colegiadamente.
La batalla coincide con incesantes rumores señalando al italiano Mario
Draghi, ex primer ministro y expresidente del Banco Central Europeo, como posible recambio de Von der Leyen en caso de que se pueda formar una mayoría alternativa. Tendría el apoyo entusiasta del Gobierno de Giorgia Meloni, que probablemente no tenga otra opción como esta para hacerse con un puesto importante, y puede sonar bien a oídos de Macron, que al no formar parte de ninguno de los dos grandes grupos políticos se encuentra fuera de las quinielas, a pesar suyo.
Encargo a Draghi
Ayer mismo Draghi intervino en una reunión informal de ministros de Economía para empezar a explicar sus ideas para recuperar la competitividad de la UE, un trabajo que le encargó precisamente Von der Leyen y que terminará en julio próximo con las grandes orientaciones para la UE del futuro.
En todo caso, las maniobras no han sentado nada bien en el Partido Popular Europeo, a pesar de que también es sabido que el entusiasmo de algunos de sus eurodiputados por la candidatura de Von der Leyen es relativamente moderado, por decirlo de forma discreta. Daniel Caspary, responsable de la delegación alemana del PPE, no ha ahorrado críticas contra los comisarios rebeldes. «Markus Pieper habría sido un muy buen enviado para pymes. Es muy lamentable que este importante nombramiento haya sido saboteado por razones puramente partidistas por parte de cuatro comisarios al final de sus mandatos políticos. Desgraciadamente, el nombramiento se ha convertido en una cuestión puramente electoral. En particular, el papel del comisario Breton es muy cuestionable. Como comisario responsable, durante sus cinco años en el cargo, en el mejor de los casos ignoró a las pequeñas y medianas empresas y sus reclamaciones de reducir la burocracia. Es evidente que su crítica pública no se refiere a cuál es la mejor persona para el puesto ni al debido proceso de elección y que él, precisamente, hable ahora de colegialidad y transparencia es una burla».
Es difícil saber qué consecuencias directas va a tener esta situación porque faltan todavía muchos elementos
Su nombramiento del responsable de gestionar la política hacia las pymes ha sido boicoteado por cuatro comisarios
La delegación popular alemana habla de «burla» por parte del comisario francés, que por su parte se jacta de su «victoria»
que deben completarse. El papel de los comisarios socialistas que han participado en esta campaña podría anticipar que la batalla por designar al presidente de la Comisión Europea se plantea mucho más complicada de lo que parecía. Con los resultados que prevén las encuestas de las elecciones a la Eurocámara no aparece ninguna combinación que alcance una mayoría de 360 votos si no participa el Partido Popular Europeo. Los populares podrían obtenerla sin los socialistas, pero necesitarían los votos de los dos grupos de extrema derecha e implicar al mismo tiempo a los liberales, lo que no parece posible. De alguna manera, la decisión final necesitaría el apoyo de Francia, no solo en el Consejo, sino en el Parlamento, de ahí la importancia de que la rebelión la haya encabezado Breton.
El caso es que junto a una formidable hoja de servicios, a Von der Leyen le pesan algunos escándalos más o menos importantes, como el de sus misteriosos mensajes borrados con los responsables de los fabricantes de vacunas en la época del Covid, que le pueden complicar mucho las cosas. Y luego está lo que una fuente europea ha atribuido a la arrogancia del poder. «Ella creía que podría salirse con la suya y se ha equivocado. Por eso ahora se están utilizando en su contra algunos de sus errores».