El PNV se lanza a por el voto útil del PP para frenar a Bildu
▸ Los populares temen estancarse en 6 o 7 escaños, frente a los 9 que manejaban en su cálculo más optimista
El líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, albergaba desde hace meses un temor fundado cuando reflexionaba acerca de la campaña electoral del País Vasco. Al presidente popular le preocupaba que los comicios del próximo domingo se articulasen como una disyuntiva entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Bildu. Y eso es precisamente lo que está tomando forma en la recta final de la campaña, que entra hoy en sus últimas 48 horas.
Los últimos sondeos que la ley permite publicar apuntalaron la idea de que el conglomerado que tiene a Sortu como formación matriz puede ganar estas elecciones autonómicas. Pero las últimas 72 horas han apuntalado la sensación de que, precisamente ante ese riesgo de victoria de los de Arnaldo Otegi, el votante en torno al PNV estaría activándose. Y lo estaría haciendo aglutinando votos procedentes del Partido Socialista de Euskadi (PSE) –con el que ha compartido el Gobierno vasco durante la última legislatura– y del propio PP. Un flujo al que han contribuido las declaraciones al principio de esta semana del nuevo candidato bildutarra, Pello Otxandiano, no considerando a ETA como un grupo terrorista, pese a las más de 850 asesinatos y cientos de heridos que dejó en España en general y en el País Vasco muy en particular.
La candidatura del PP logró en las elecciones autonómicas de 2020, en las que concurrió en coalición con Ciudadanos (CS), un total de seis escaños: cinco de los populares y uno de los liberales, ahora desaparecidos en esta comunidad. Los de Feijóo han llegado a manejar pronósticos optimistas que alcanzaban hasta los nueve escaños, tres más que ahora, en los momentos en que se detectaba un mayor desgaste del PNV.
Génova y su también nuevo candidato en el País Vasco, Javier de Andrés, querían alejarse de una campaña centrada en Bildu porque presentían que eso podía fomentar el voto útil hacia los nacionalistas. Se temía que eso cortase el crecimiento esperado y asociado a la mejora de la marca nacional respecto a hace cuatro años. Y que incluso pudiera expulsar votantes hacia la papeleta del peneuvista Imanol Pradales.
La sensación en las últimas horas en la dirección nacional de Génova no es desde luego de caída. Pero sí de que lo más probable es un resultado que visibilice un estancamiento de sus siglas en el País Vasco. Como mucho un ligerísimo avance hasta los siete escaños, como apuntaba la encuesta de GAD3 para ABC este mismo lunes.
A diferencia de Cataluña
«Aquí no va a pasar lo que esperamos en Cataluña», reflexiona un alto cargo del partido que cuestiona la campaña desarrollada por Javier de Andrés. Creen que no ha calado la idea de una campaña centrada en el deterioro económico del País Vasco ni la idea de que, por su alianza en Madrid, el PNV es lo mismo que el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y Bildu. Una estrategia que pretendía vender al PP como la única candidatura no sanchista de la oferta electoral vasca para las urnas del 21-A. «Nos vamos a quedar igual», apuntan con resignación
Los populares se han quedado solos en cuestiones como su crítica a la renta de garantía de ingresos (RGI)
asumida desde la dirección nacional del partido.
En un escenario en el que las últimas encuestas ya reflejan que la coalición liderada por Otegi podría dar el ‘sorpasso’ a los de Andoni Ortuzar y Pradales por primera vez en unos comicios autonómicos en el País Vasco desde 1980, en el Partido Popular preocupa cómo este ascenso de Bildu puede afectar en sus votantes de cara al esprint final de la campaña. Una recta final que se augura intensa y en la que desde las filas populares siguen apostando por centrar el foco en la economía, los jóvenes que «se ven forzados a emigrar» y las críticas hacia algunas políticas sociales, con especial énfasis en la renta de garantía de ingresos (RGI). En esta última crítica sobre la prestación mensual para personas y familias del País Vasco sin recursos básicos, los populares se han quedado solos, como se evidenció en el último debate en la televisión autonómica (ETB) el pasado martes, en el que la mayoría de fuerzas tacharon al PP de «derecha reaccionaria».
Así las cosas, la campaña del PP vasco no está terminando de calar entre su electorado y eso puede suponer un problema añadido, ya que la mencionada subida de EH Bildu en las encuestas puede inclinar a una parte de su electorado a apostar finalmente por la papeleta del PNV, un trasvase que tendría como objetivo buscar «el voto útil» para evitar que los de Otegi y Otxandiano ganen en votos y/o escaños este domingo. Y, en consecuencia, que esa misma noche se presenten reclamando su legitimidad para reclamar que, por primera vez en casi medio siglo, haya un lendakari ‘abertzale’.
En esta coyuntura, el reto que se pone el partido es movilizar a los cerca de 130.000 votantes que optaron por la papeleta encabezada por Feijóo en las elecciones generales del pasado verano. Pero, dado el contexto de estos comicios y lo que auguran los pronósticos demoscópicos, ese objetivo será difícil de repetir, toda vez que supondría doblar el resultado de las elecciones autonómicas de 2020, en las que concurrieron con CS y juntos lograron 60.650 votos, el 6,77% del total, mientras que en julio esa cifra se incrementó hasta las 133.466 papeletas, el 11,55%.
De cara a estos últimos días de campaña electoral, el PP vasco tratará de hacer pedagogía sobre las razones que existen para no votar al PNV, poniendo el acento en su «declive» en lo que se refiere a la gestión económica de la que siempre han hecho gala los nacionalistas, pero también en su viraje hacia una posición más independentista.
La estrategia popular pasa así por plantear a los vascos solo dos opciones en las urnas: votar al PP y garantizar que esa papeleta tratará de impedir que Bildu llegue a la presidencia del Gobierno vasco o apostar por PNV o PSE, sabiendo que cabe la posibilidad de que pacten compartir ese ejecutivo con los ‘abertzales’.
La polémica provocada por el candidato de Otegi al negar que ETA fuera terrorismo da una baza más a Pradales