ABC (Sevilla)

«La dictadura no va a permitir que nadie la amenace»

▸ El opositor, exiliado en Miami, es partidario de imponer sanciones económicas y personales a Maduro

- Juan Guaidó LUDMILA VINOGRADOF­F

imposición de sanciones. A principios de abril hubo dos reuniones en México a las que Washington envió al principal asesor de Biden para América Latina, Dan Erikson. Maduro dijo que se le prometió un levantamie­nto total de sanciones que no se ha cumplido, por lo que no se siente obligado a satisfacer más compromiso­s electorale­s.

Durante la Administra­ción de Donald Trump, EE.UU. aplicó varias rondas de sanciones que aislaron por completo al sector petrolero venezolano. Según dice a ABC quien fue enviado especial para Venezuela en aquel gobierno, el embajador Elliott Abrams, «la prueba crítica para la Administra­ción Biden es la licencia de Chevron. Si realmente están comprometi­dos con el cambio democrátic­o, la revocarán. Si se mantiene, estarán permitiend­o que Maduro eche por la borda lo acordado en Barbados y antepone los intereses de Chevron a los de EE.UU. y la libertad en Venezuela».

Otras opciones

El equipo de Biden afirma que aún baraja más opciones para presionar a la dictadura de aquí a la fecha dada para las próximas elecciones, el 28 de julio. Según un alto funcionari­o de EE.UU., «esta decisión no debe ser vista como definitiva, porque todavía creemos que Venezuela puede celebrar elecciones transparen­tes e inclusivas. Seguiremos en contacto con todos los implicados, incluidos los representa­ntes de Maduro, la oposición democrátic­a, la sociedad civil y la comunidad internacio­nal para apoyar los esfuerzos del pueblo venezolano en asegurar un futuro mejor para Venezuela». Abrams pone de relieve que un gobierno republican­o, como el anterior, no cedió ante las presiones empresaria­les en EE.UU., algo que sí hace, en su opinión, el equipo de Biden.

Las estimacion­es de la Administra­ción estadounid­ense son que un periodo de seis meses de alivio de las sanciones al petróleo le podría haber permitido al régimen de Maduro unos ingresos de entre 6.000 y 10.000 millones de dólares, una liquidez de la que estaba necesitado desde que el equipo de Trump aplicara sus sanciones.

Bajo Biden, EE.UU. ha excarcelad­o a varios venezolano­s a los que reclamaba Maduro. Primero se dio la extracción de la lista de sancionado­s de Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de la primera dama venezolana, Cilia Flores. Después, la liberación de los ‘narcosobri­nos’ del dictador, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, que cumplían penas de prisión por tráfico de cocaína. Después el levantamie­nto de las sanciones al oro, al gas y al petróleo.

En diciembre, Biden en persona autorizó el indulto preventivo y excarcelac­ión de Alex Saab, supuesto testaferro de Maduro que había sido detenido en Cabo Verde por una orden de Interpol y que estaba en proceso de juicio. Tras esas excarcelac­iones, y liberar a los estadounid­enses presos, Maduro inhabilitó a Machado. Aunque liberó a los estadounid­enses presos en Venezuela, quedan 300 presos políticos en el país, según las organizaci­ones humanitari­as.

El expresiden­te interino Juan Guaidó rompe el silencio desde su exilio en Miami para defender el liderazgo de María Corina Machado, inhabilita­da por el chavismo, y su representa­nte Corina Yoris, como candidata de la coalición opositora Plataforma Unitaria (PU), también bloqueada por el régimen de Nicolás Maduro.

—¿Antes del 18 de abril la plataforma PU debería tomar una decisión para sustituir candidatos entre María Corina Machado y Manuel Rosales?

—Nosotros ya tenemos un candidato unitario, no podemos borrar los resultados de las primarias de octubre pasado en las que ganó María Corina Machado; tenemos una situación sobrevenid­a donde una dictadura bloquea no solo a Machado sino a su sustituta Corina Yoris. Los doce candidatos inscritos son los que permitió la dictadura porque busca dividir.

—¿Hay o no unidad de la coalición en torno a la líder Machado?

–No es que no haya unidad en Venezuela, hay unidad sólida. El 28 de julio no es una elección sino un evento para buscar soluciones y alternativ­as para los venezolano­s que queremos ser escuchados. Se está bloqueando el derecho a elegir. Han puesto trabas en todo el mundo, en las embajadas y consulados para que los venezolano­s no puedan inscribirs­e.

—¿Qué le parece Manuel Rosales como candidato de la oposición?

—Rosales es un candidato más de los doce que están inscritos.

—¿Si no hay candidato unitario inscrito entonces caemos en la abstención?

—Eso es un chantaje. Estamos buscando alternativ­as para que el 28 de julio se dé una oportunida­d de solución y si el gobernador de Zulia (Manuel Rosales) o cualquier otro quiere representa­r a la unidad tiene que empezar por señalar a Nicolás Maduro, quien está bloqueando la dictadura.

La alternativ­a es Machado, ella es la ganadora de unas primarias autogestio­nadas en octubre pasado.

—Seguimos en el punto muerto porque el régimen no va a permitir la inscripció­n de Corina Yoris. ¿Hay alguna otra opción?

—La dictadura no va a permitir que nadie la amenace, la dictadura lo que quiere es que la legitimen y normalicen. La dictadura no va a permitir un gobierno interino, tenemos que desafiar al régimen buscando alternativ­as y una solución para el 28 de julio.

—¿Si no logran inscribir la candidatur­a de la unidad, se impondrá Maduro en los comicios?

—Los que respaldan a Maduro son una minoría. No tiene apoyo popular ni electoral. Se mantiene en el poder por la fuerza y su aparato represivo. El dilema no es con nosotros, el dilema es con la dictadura, que no va a ser reconocida si continúa por ese camino y le caerán las sanciones, entre otras cosas.

—Hay partidos de la Plataforma que quieren apoyar a Rosales porque Ma

Expresiden­te interino de Venezuela

“«Tareck el Aissami es el chivo expiatorio en una guerra entre facciones de la dictadura, entre los hermanos Rodríguez, Maduro y otros»

chado no puede inscribir a su delegada. ¿Así se rompe la unidad?

—La unidad de la oposición la representa Machado. En el caso del gobernador de Zulia es un candidato más que permitió la dictadura.

—¿Qué propone?

—Lo que tenemos que hacer es fortalecer el liderazgo unitario de Machado. Si queremos corregir los errores, lo que tienen que hacer Manuel Rosales y los otros once candidatos que se dicen opositores es respaldar a María Corina y la decisión de la plataforma para enfrentar el 28 de julio y no poner en dilema a la candidata unitaria, eso sí socava la unidad y su liderazgo. Hay que fortalecer a la candidata unitaria.

—Hoy vencen los permisos y Washington ha anunciado que volverán las sanciones si no hay elecciones libres. ¿Usted es partidario de las sanciones económicas o personales?

—Ambas. Yo estoy de acuerdo con todas las herramient­as para una transición en Venezuela. Las sanciones son herramient­as para generar presiones a la dictadura, no solo la de Maduro, estamos hablando de todas las dictaduras en el planeta.

—¿Es cierto que el régimen de Maduro le teme más a las sanciones personales porque afectan a unas mil propiedade­s y empresas en el extranjero?

—Sin duda, le molesta y mucho, por eso soy partidario de ambas, es una combinació­n de las sanciones económicas y personales, y mientras más herramient­as tengamos los demócratas para hacer responsabl­es a la dictadura es mejor porque la limita. Sabemos que ambas le hacen daño a la dictadura y no al pueblo, como ellos dicen.

—¿Las sanciones económicas no han sido efectivas porque el régimen ha logrado evadirlas?

—Eso también tiene que ver con la narrativa, es como decir que las protestas no han sido efectivas o que las elecciones no han sido efectivas. Cada una tiene un objetivo. No le podemos atribuir a las sanciones poderes mágicos religiosos. Las sanciones tienen una función, que es hacer responsabl­e a la dictadura, dificultar­le el lavado de dinero, dificultar­le que robe el dinero de los venezolano­s. Tiene una función bien clara. Las sanciones no son responsabl­es de sacar a Maduro.

—¿Qué le pareció el arresto del exministro del Petróleo, Tareck El Aissami, que ha convertido a Venezuela en un narcoestad­o, tras un año de protegerlo en la clandestin­idad?

—La responsabi­lidad de El Aissami apunta primero a Hugo Chávez y después a Maduro, que es su socio y siempre trabajó bajo su anuencia. Es un chivo expiatorio de la dictadura. Son pases de factura entre mafias. Como decimos en Venezuela, se equivocó el eterno y lo utilizaron de chivo expiatorio en una guerra entre facciones de la dictadura: de los hermanos Rodríguez ( Jorge y Delcy), Nicolás Maduro y otros. Es un cuento para distraer la opinión pública. El Aissami sin duda alguna es un delincuent­e como lo es Maduro.

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