El selfi de los idiotas
BALA PERDIDA
Nos parecía una estulticia salir a cenar para compartir en redes un retrato con la lubina
YA veo por ahí que se ha despeñado una ‘instagramer’, por arrimarse demasiado al acantilado, hasta pillar el encuadre impactante del selfi. Se abrió la crisma la criatura, directamente, y murió en el acto. Esto de jugarse la vida por un selfi empieza a cundir, y no tanto porque al ‘instagramer’ de oficio le gusten los paisajes salvajes sino porque gustan de embelesar a su público, que tiene por abismo primero el móvil. Y último. Estamos, con estas gentes de la pose temeraria, ante un ramo creciente de animosos que asiste a un rascacielos, una cascada, o un precipicio no a hacer la foto del sitio insólito sino a jugarse el tipito esbelto por salir en un retrato con un pie en el vacío, o los dos. Son, obviamente, un ramo de idiotas muy competentes, que no pierden la vida por delicadeza, como algún poeta, sino por frivolidad tontiloca, que es una de las lujurias mayores de este tiempo líquido que soportamos. Muere en el mundo una persona, por esta misma causa absurda, cada diez días, y la edad media de estos caídos por la patria del farde está en los veinte años. Estamos ante unos suicidas que no lo saben. Estamos ante una juventud que no practica la fotografía sino el escaparatismo. Y con ellos dentro, que a veces pierden apoyo, y se despeñan para siempre. A uno le parece muy bien que cada uno arruine su vida como quiera, pero en esta moda del selfi de catástrofe no importa tanto el peligro, que es desde siempre un proyecto espiritual, sino el ‘ like’, que es hoy el colacao de la felicidad.
A nadie se le escapa que el móvil ha secuestrado la vida, pero resulta que incluso se lleva la vida por delante, porque conviene hacerse una fotito de trapecista, ahí sobre el musgo abismal y homicida de las cataratas del Niágara que hay en muchos sitios. Hay muertos masivos de la práctica de esta guapería a partir de los diez años. Y nos parecía una estulticia insuperable salir a cenar para compartir en redes un retrato urgente con la lubina.