Piratas del Guadalquivir
De lo único que estoy seguro es que si la Feria de Abril genera un impacto de mil millones de euros, ¿por qué quieren cortarle los cuernos del pelotazo al toro de la Feria con un referéndum?
Si es cierto lo que dijo el tío de los números sobre lo que genera la Feria por segundo, algo así como mil setecientos euros, qué pelotazo, no es de extrañar que los más osados desembarquen como piratas del Guadalquivir por lo que pueda caer. ¿Dónde está la mosca, aquí o aquí?, cantaba allá por los noventa un Musiquito entrañable que me viene a la cabeza pensando en esos bucaneros. ¿Dónde está el tesoro para el pirateo, aquí o aquí? Y uno de ellos, portero de una caseta en Gitanillo de Triana, la noche del pescaito lo bordó. Me lo cuenta un socio de la caseta asaltada que prefiere dejarla en el anonimato. Verán. El portero, por su cuenta y riesgo, hizo también sus números, para ver lo que podía llevarse a su casa aprovechando lo que mueve esta feria por segundo. Y se dedicó a cobrarle cincuenta euros a todo aquel que preguntaba si podían pasar y cumplimentar la cena de la noche de la inauguración. Fueron tantos los que entraron que, los socios de toda la vida, entre sí se preguntaban si eran conocidos o familiares. Cero cartón. Todos eran nuevos, con pase de pernocta a cincuenta leuros el jamón y el choco, descubriéndose que el portero era mañoso y engañoso. Como algunos taxistas de los VTC…
Esto de engañar es materia universal. Rinconete, Cortadillo y don Koldo se replican como margaritas en primavera, soñando con ser romeros al abordaje. En una caseta de Joselito El Gallo, me topo con una nueva versión de piratas del Caribe. Una amiga habanera, Y.M., me cuenta el último hallazgo gastronómico de la isla. Una veterinaria de San José de las Lajas denunció a la policía la desaparición de perros del vecindario. ¿Dónde estará mi perro, aquí o aquí? Los perros se volatilizaban, desaparecían, se los tragaba la tierra… ¿Era la tierra la que realmente se tragaba a los cánidos? En Corea del Sur el perro caramelizado es una especialidad. En San José de las Lajas, Cuba, parecen que están a punto de descubrirlo, puesto que un grupo organizado, decidió convertirlos en carne de picadillo para consumo humano. Hay albóndigas que ladran.
Y tramposos tan piratas como esos que en la Feria adulteran la manzanilla… Sorpresas te da la vida, salseaba Gato Pérez. Y en la Maestranza la deben tararear los aficionados con música del Maestro Tejera. Con el tumbao que tienen los guapos al caminar, a Pedro Navajas se lo jamó una noche de sorpresas indeseables. Hay aficionados en la Maestranza que cavilan sobre la relación que pude haber entre una tarde de éxitos y un presidente determinado en su palco. A veces me pregunto: ¿quién sabrá más de toros: un veedor, un ganadero o el gobernador reglamentario? Yo no sé de toros. De eso se encargan algunas vacas y los cronistas.
De lo único que estoy seguro es que, si la Feria genera un impacto de mil millones de euros, ¿por qué quieren córtale los cuernos del pelotazo al toro de la Feria con un referéndum?