El juez que investiga a Puigdemont y Rusia recibe una bomba falsa
▸El paquete llegó el pasado jueves al Juzgado 1 de Barcelona, pasó todos los controles y lo abrió personal de Aguirre ▸No consta que los Mossos ya hayan judicializado la amenaza al instructor de los casos Voloh y Negreira
Tenía toda la apariencia de una bomba, pero, afortunadamente, no contenía material explosivo. El paquete se recibió el pasado jueves 11 de abril en la Ciudad de la Justicia de Barcelona. El remitente, por el momento desconocido, lo envió al Juzgado de Instrucción número 1 de la Ciudad Condal, cuyo titular es el magistrado Joaquín Aguirre, en la diana del independentismo y de la inteligencia rusa por ser el juez instructor del caso Voloh. Se trata de la causa que investiga la injerencia de Rusia en España a través del ‘procés’ soberanista.
El falso paquete bomba estaba preparado a conciencia para que aparentara ser un explosivo real. Se trata de una caja de cartón de unas dimensiones aproximadas de 20 centímetros de largo por 15 de ancho. Contenía un reloj despertador digital que simulaba ser el temporizador que activaría la bomba. Justo debajo estaba, con apariencia de explosivo, un paquete envuelto con papel de aluminio y una sustancia de color amarillento que ha resultado no ser explosivo y cuya composición real ABC desconoce.
El paquete, con la dirección escrita a mano con un boli de tinta negra, lleva dos sellos y carece de remite. Está cerrado mediante cinta de embalar transparente. El servicio logístico de los juzgados, en el número 111 de la Gran Vía de las Cortes Catalanas, lo recibió y, al parecer, pasó por un escáner, pero no saltó alarma alguna, pues fue entregado en las dependencias del Juzgado de Instrucción número 1. Allí lo abrió el personal que trabaja para Aguirre, en unas dependencias anexas al despacho del juez, según las fuentes consultadas por este diario.
El susto debió de ser mayúsculo e inmediatamente dieron aviso a los Mossos d’Esquadra. Agentes de la Policía catalana especialistas en explosivos se hicieron cargo del paquete y comprobaron que no era un explosivo real. La Comisaría General de Información de los Mossos abrió unas diligencias que, según las fuentes consultadas, aún no habrían sido judicializadas, pese a que ya ha transcurrido una semana desde el día de autos, algo que fuentes conocedoras de este tipo de investigaciones consideran, como mínimo, «anómalo». No consta que ya haya un juzgado de Barcelona investigando el asunto. Aunque carezca de material explosivo, al menos podría existir un delito de amenazas, pues la caja tenía toda la apariencia de ser una bomba. El juez lo interpretó como una clara amenaza, por lo que ha solicitado que se le ponga escolta.
Los Mossos, además de inspeccionar el paquete, realizaron un informe preliminar «sin conclusiones», limitándose a describir el paquete. Fuentes consultadas por este diario aseveran que agentes adscritos a la Comisaría General de Información estarían preparando un informe más amplio sobre el paquete sospechoso, pero existe una gran opacidad alrededor del suceso, motivada, muy probablemente, por el destinatario del paquete amenazante, un juez considerado como una gran china en el zapato del independentismo.
Aguirre está instruyendo la trama rusa del ‘procés’, una pieza separada del caso Voloh, que investiga supuestos vínculos de dirigentes independentistas, como el expresidente catalán Carles Puigdemont, con el Kremlin. El instructor considera que Puigdemont y miembros de su entorno mantuvieron «estrechas relaciones personales» con políticos de la extrema derecha alemana e italiana y con Rusia,
El paquete, de unos 20 x 15 centímetros, contiene una sustancia amarilla envuelta en papel de aluminio
El juez Joaquín Aguirre ha interpretado el falso paquete bomba como una amenaza y ha solicitado que se le ponga escolta
dispuesta a apoyar «económica y militarmente» la independencia de Cataluña. En una de sus diligencias más recientes, Aguirre solicitó a la Audiencia Nacional «testimonio de cierto o ciertos informes policiales» sobre «la presencia de determinados agentes de los servicios secretos» del Kremlin «en España». La providencia –informa Elena Burés– remitida al juez Manuel GarcíaCastellón, que instruye la causa de Tsunami Democràtic, indaga si las pesquisas de la Audiencia Nacional pudieran ser de utilidad para la investigación sobre la conexión entre el entorno de Puigdemont y Moscú.
Apoyar la secesión
Elementos rusos habrían manifestado su disposición a apoyar «económica y militarmente» la independencia de Cataluña. La instrucción del magistrado Aguirre abre la puerta a investigar a Puigdemont por alta traición, delito no incluido en la ley de amnistía, aunque el expresidente catalán no está imputado. Sí lo están su jefe de oficina, Josep Lluís Alay; Víctor Terradellas, exresponsable de Relaciones Internacionales de CDC; y Alexander Dmitrenko, empresario ruso afincado en Cataluña.
Aunque de momento sólo son hipótesis, la amenaza tanto podría proceder de exaltados independentistas como de fanáticos del fútbol, pues el juez Joaquín Aguirre también instruye el muy mediático caso Negreira, que investiga los pagos millonarios del F. C. Barcelona al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros entre 1994 y 2018 a cambio, presuntamente, de apoyo arbitral en el terreno de juego.