«Uno de los primeros rocieros sevillanos fue el párroco de la Magdalena» De don José al dire
▸ Cronista oficial de Villamanrique, se apunta la primicia investigadora de señalar a Antonio González Cantero como uno de los primeros rocieros de Sevilla
José Zurita Chacón
—¿Quién fue este señor?
—Párroco de la Magdalena de Sevilla en los años centrales del siglo XVIII. Fue amigo de fray Isidoro de Sevilla que, como es sabido, fue quien le predicó a la virgen como Divina Pastora de las almas.
—¿Dónde encontró ese dato?
—En dos documentos de archivos. Uno en el ayuntamiento de Almonte. Y el otro en el Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla.
—Uno de esos documentos alude a la construcción de la casa Hermandad de Villamanrique…
—Así es. Y en el segundo documento aparece como poderdante de la Hermandad que contrata a un procurador de Sevilla durante el pleito de 1766. El pleito dilucidaba el orden de antigüedad de la hermandad con respecto a la de Pilas.
—El paisaje de la Rocina entonces sería lo más parecido al que captó el fotógrafo de Antonio de Orleans, muchos años después, y que pasa por ser la primera o una de las primeras imágenes del Rocío.
—Efectivamente. Imagínese una aldea con casas de chozas y en mitad de ese paisaje se observa ya la casa hermandad de Villamanrique construida de material. La foto es atribuible a uno de los fotógrafos que trabajaron con don Antonio de Orleans, Francisco de Leygonier, y se conserva en el palacio de Villamanrique.
—¿Se conocen los motivos de la estrecha vinculación del párroco de la Magdalena con Villamanrique y el Rocío?
—No está constatada documentalmente. Pero se puede decir que vino a bautizar y casar a muchos manriqueños durante esa época, como figura en el archivo parroquial de Santa María Magdalena de Villamanrique.
—Usted no solo se quema las pestañas en los archivos. También recoge la tradición oral y, en ese sentido, nos sorprende con una virgen del Rocío trasatlántica…
—Morgado en 1882 nos dice, lo que se ha dicho de toda la vida en el pueblo y en Almonte: que un caballero le donó a la Virgen otro niño y alhajas, llevándose a América el que la Virgen tenía.
—¿En qué se basó Morgado para dar ese testimonio?
—El Arzobispado le encarga a Morgado que realice un estudio de la Virgen en 1882. Se publicó en Sevilla mariana. Y recogió la tradición oral, que algunos llevan al niño de la Virgen hasta América.
—¿El Niño que hoy tiene la Virgen es el mismo que, según la tradición, recoge Morgado?
—Eso no lo sabemos. Y han sido muchos investigadores y estudiosos del tema buscando un documento que lo confirme. Pero a día de hoy no ha aparecido nada al respecto.
—¿Usted podría confirmarme si el 6 de mayo de 1624 puede considerarse uno de los días más grandes de la villa?
—Por supuesto. Tiene lugar la boda entre el hijo segundo del duque de Medinasidonia, don Melchor Manrique de Zúñiga y Guzmán, con su prima, Doña Luisa Josefa Manrique de Zúñiga, la tercera marquesa de Villamanrique. Vino toda la nobleza andaluza de aquel momento y las crónicas dicen que se le tuvo que pedir a Roma la dispensa de la consanguinidad.
El currículo de José Zurita es amplio y diverso. Manriqueño por la gracia de su Virgen, ejerció como maestro durante cuarenta y un años, fue cantor del coro de la Catedral sevillana y continúa su faceta investigadora y divulgadora. Licenciado en Pedagogía es, igualmente, cronista oficial de su localidad, de la que te informa, con exactitud milimétrica, de sus diferentes etapas históricas: Tartessos, la romana Mures, el enclave andalusí y la población cristiana. Es un erudito sin pedantería, que lo mismo te habla de fray Isidoro de
Sevilla que de Muñoz y Pabón. Del Rocío habla lo que siente y siente muchísimo lo que habla. Asegura que la escuela empezó a degradarse en España cuando se pasó del «Don José al dire». Su rincón favorito es la Catedral de Sevilla y lo que más le gusta de Villamanrique es que aún conserva la serena placidez de los pueblos.
—Imagino que el catering no incluiría mortadela…
—(Risas) Curiosamente el documento que recoge este hecho y que está en el archivo parroquial no dice nada al respecto. Y son cinco páginas, verso y reverso, las que se le dedica a la boda.
—Me quedé ojiplático al saber que Voltaire se acuerda de Villamanrique en su obra ‘Cándido’…
—Voltaire, al describir la huida de los protagonistas de este cuento filosófico, huyen de Lisboa durante el terremoto de 1755 y llegan hasta Cádiz siguiendo el camino que conectaba a ambas ciudades. En esa narración te encuentras con el poblado de Chillas, término dependiente de Villamanrique.
—¿Qué noticia le dio más satisfacción como investigador?
—El hallazgo del testamento de Juan Sánchez Clavijo, redactado en 1655, que descubrimos en el archivo de Protocolos de Sanlúcar la Mayor. Por ese testamento se desprende la existencia de una imagen réplica de la Virgen del Rocío en la iglesia parroquial de Villamanrique y que hoy se conserva en una casa particular con su camarín.