Nosotros somos contingentes, pero...
... tú eres necesario», Pedro, como apuntó el inmenso y surrealista José Luis Cuerda en ‘Amanece que no es poco’
SOLO faltaba un grupo de paisanos en la calle Ferraz, al modo de los vecinos de Aýna (Sierra del Segura, Albacete), gritando al presidente en funciones (por solo cinco días) aquello de «¡Pedro: nosotros somos contingentes pero tu eres necesario!». Y María Jesús Montero jaleando a las masas como solo ella sabe, puño en alto, mientras García Page piensa «tierra, trágame», y Óscar Puente murmura algo así como «por Dios, que no dimita, que nos viene esta...»
Sinceramente, cada minuto que pasa entre elucubraciones, suposiciones, rumores, pelotas y tertulias, cada minuto que pasa, me creo menos el fondo de la cartita de marras.
En primer lugar, no creo que vaya a dimitir. No le veo el próximo lunes, maquillado como una puerta, dando su brazo a torcer. Si dimite estará reconociendo que Begoña Gómez ha ejercido corrupción entre empresas y ha traficado con sus influencias. Y lo estará reconociendo ante España (aunque a los socios no les importe) y ante Europa. Y esto le importa al abajo firmante ‘muuuucho’ más que España. En segundo lugar, si Su Sanchidad dimitiera, resultaría que todo lo vivido desde la declaración de amor hasta la comparecencia del lunes, pasando por Ferraz y las cursiladas de apoyo, todo formaría parte de su estrategia de autocrucifixión y martirio. Antes muerto que sencillo.
No sé cuántas veces me habrán preguntado estos días atrás sobre el desenlace de esta inaudita irresponsabilidad: «¿Tú crees que va en serio?», «Tú qué estás informado, ¿qué va a pasar el lunes?», ¿Tú crees que es otro teatrillo?».
Y el quid de la cuestión: ¿tú crees que hay algo más que no sabemos pero que la parejita sí sabe? Y ya puestos: ¿lo conocerán Marruecos o Israel a través del Pegasus? Mi respuesta a todo lo anterior: lo más probable es que vete tú a saber. Nadie, absolutamente nadie, es capaz de introducirse en la cabeza de este hombre.
Su maquiavelismo ha batido todos los récords: lo echaron a patadas y volvió; escondió una urna con votos falsos el día del comité federal; la tesis doctoral fue un plagio; los avales fueron escoltados por el mismísimo Koldo; ha mentido sin vergüenza sobre Bildu, la amnistía o Podemos; ha llegado a nombrar vicepresidente del Gobierno a un sujeto como Pablo Iglesias; ha traicionado al Sahara... Como para creerlo ahora, con la moñada adolescente de la cartita que, en vez de a la ciudadanía, parece que iba dirigida a Elena Francis.
PD. Y en estas que aparece Almodóvar llorando como un niño, Otegui que se siente acosado, Pere Aragonès también enamorado, Patxi que se cree Gustavo Adolfo Bécquer... Y mogollón de periodistas pidiendo el control y hasta la intervención de otros medios (y a otros periodistas) por ‘ultras’.
Y, para colmo, este lunes es la festividad de San Pedro mártir. «Cagüen la madre... La que has liao, pollito».