El Casco Antiguo pierde 4.000 habitantes por la turistificación
▸ El éxodo de vecinos coincide con el boom de viviendas turísticas y la subida de precios
Una de las consecuencias directas de la llegada masiva de turistas es la pérdida de población autóctona. Y eso ha pasado en algunas zonas de Sevilla. Sobre todo en el centro histórico, que se ha ido vaciando de vecinos a medida que iban llegando más turista pero, sobre todo, a medida que los alojamientos turísticos hacían subir los precios de las viviendas. Es una situación que ha provocado que el barrio se quede prácticamente sin comercios tan básicos como los supermercados o incluso que los colegios de la zona se hayan vaciado porque casi no hay niños.
Es un tema que la arquitecta María Barrrero Rescalvo y el geógrafo Ibán Díaz Parra, ambos de la Universidad de Sevilla, trataron hace algún tiempo en su trabajo «Turismo, desarrollo urbano y crisis en las grandes ciudades andaluzas» donde se hacen eco del fenómeno. De hecho, según sostienen, desde que han irrumpido las plataformas turísticas se han perdido en Sevilla en torno a 4.000 habitantes en el Casco Antiguo.
Concretamente según esa investigación, el centro histórico de Sevilla ha pasado de ganar más de 4.000 habitantes entre los años 2001 y 2011 a perder la misma cantidad entre los años 2012 y 2020.
En este sentido Barrero recuerda en su investigación que las dinámicas sociodemográficas de Sevilla responden a la producción de ciudad mediterránea, desde la expansión a zonas periféricas y el declive de los centros durante la primera mitad del siglo XX hasta la intervención y renovación de la ciudad consolidada y la subsiguiente promoción social relativa (gentrificación) durante el cambio al siglo XXI. Sin embargo, a partir de 2010 el centro histórico comenzó a perder de nuevo población a un ritmo acelerado, casi el total de la ganada en la primera década del siglo XXI. «Esta dinámica de ganancia y pérdida no se corresponde con la evolución del resto de la ciudad, que no ha dejado de perder población de forma suave». Por ello recuerda que existe una correlación temporal entre el drástico aumento de pernoctaciones y las pérdidas de población desde 2013.