Verbolario
Autoestima, f. Estima basada en la estima ajena.
demostró empíricamente el efecto de las vacunas para prevenir la viruela. Mary Montagu, nacida con el apellido Pierrepont, vino al mundo en el seno de una de las familias más aristocráticas de Inglaterra. Su padre se jactaba de su belleza e ingenio. A la edad de 8 años, Mary habló en público en un club de Londres. El obispo de Salisbury la animó a estudiar, algo inusual en la época.
De ideas feministas, mantuvo una intensa correspondencia con Mary Astell, que defendía la igualdad de derechos de la mujer. Tenía un fuerte sentido de la independencia y nunca se arredró a la hora de proclamar su autonomía o de polemizar con intelectuales como Alexander Pope y Horace Walpole. Lo demostró cuando su padre negó su autorización para casarse con Wortley Montagu, diputado por Westminster y secretario del Tesoro, e insistió en otro matrimonio para ella. Mary desobedeció, se fugó del hogar paterno y se desposó con el hombre que quería. Se fueron a vivir a una mansión rural hasta que el Gobierno nombró a Wortley embajador ante la Sublime Puerta en 1716. Mary había mantenido una correspondencia desde Estambul con el poeta y traductor Alexander Pope. Las cartas se filtraron al público, escandalizado por su contenido erótico. En alguna de ellas, satirizaba y se burlaba del escritor, que no dudó en atacar a su interlocutora, a la que comparó malévolamente con Safo.
En 1739, al cumplir 50 años, Mary se separó de su marido y, al parecer, no se volvieron a ver, aunque mantuvieron un cordial intercambio epistolar. Su esposo tenía fama de tacaño tras acumular una de las mayores fortunas de Inglaterra. En la época de su ruptura, Mary había contraído una enfermedad de la piel que la provocaba un insoportable dolor, mientras temía caer en la locura. Walpole realizó un retrato devastador de su carácter, tachándola de excéntrica y desequilibrada. Mary viajó por Italia y Francia y pasó sus últimos años en una estricta reclusión, solo aliviada por sus hijos. La mayor parte de sus escritos y su correspondencia no ha sobrevivido, aunque hoy es considerada como un icono feminista por su falta de prejuicios y su franqueza sobre el sexo.