BBVA, Sabadell y la derivada andaluza
Antes de la OPA hubo especulaciones sobre la fusión de la entidad catalana con Unicaja
ANTES de que BBVA iniciara su segundo asalto sobre Sabadell, circulaba un rumor soterrado en el mercado sobre los potenciales beneficios de una integración entre la entidad catalana y Unicaja (aunque ambos actores siempre han negado que hayan existido conversaciones). Los próximos meses del sector financiero estarán marcados por los trámites y plazos que determina la OPA hostil, y son los dueños del banco ‘opado’ quienes deben decidir si les conviene ser absorbidos por BBVA o atisban un futuro más rentable en otro escenario alternativo.
Si el 50,1% acepta la operación, se configuraría el mayor banco del mercado español (muy igualado con CaixaBank) y el tercero de la zona euro (pisándole los talones a Santander en capitalización bursátil). ¿Y si la fusión finalmente no prospera? Quizá sería una nueva oportunidad para una derivada andaluza, en la que Sabadell y Unicaja –ante el riesgo evidente de vivir acechados por los peces grandes– evalúen las ventajas de caminar juntos al altar. En este momento la entidad catalana tiene un valor bursátil que triplica al del banco malagueño, pero su capital está muy atomizado, y esto propiciaría que, tras una fusión, el accionista mayoritario del nuevo banco siguiera siendo la Fundación Unicaja (con un 9% aproximado del accionariado). Y junto a ella, los inversores malagueños Tomás Olivo y Domínguez de Gor (Mayoral) mantendrían también una participación significativa (un 4,5% entre ambos). Las estructuras son compatibles, dado que Sabadell no tiene un peso destacado en el interior de Andalucía, Asturias y Castilla y León (donde Unicaja sí es sólida).
El éxito potencial de esta maniobra residiría en reforzar al máximo el peso andaluz de la entidad. Dada la situación en Cataluña –y teniendo en cuenta que Sabadell ya tiene su domicilio social en Valencia– sería idóneo que la sede central y operativa de la nueva entidad se situara de manera permanente en Málaga (y que así quedara reflejado en el acuerdo de integración). Hay rumores que indican que Sabadell estuvo dispuesto a negociar la presidencia y una representación de peso en el consejo de la entidad fusionada para los dueños de Unicaja, reservándose el nombramiento del consejero delegado. Sea como fuere, por tamaño y personalidad, se trataría de una alianza que no implica necesariamente la pérdida de identidad de ninguno de los actores, a diferencia de otras ecuaciones con entidades de mayor dimensión.
Antes de seguir trazando este relato de ‘finanzas-ficción’, habrá que esperar primero al desenlace final de la OPA hostil de BBVA, una batalla muy reñida sobre la que nadie se atreve a hacer pronósticos.