ABC (Sevilla)

La papeleta clave de los indecisos: un 15,9% elige entre hoy y mañana

▸Los últimos sondeos señalan cierto estancamie­nto del socialista Illa y una mayor progresión de Puigdemont ▸ERC es el partido con mayor franja de votantes no convencido­s, decisivos para saber si el secesionis­mo suma mayoría

- ÀLEX GUBERN BARCELONA

Nunca tan pocos votos pueden decidir tanto. Los partidos cerraron ayer la campaña de las elecciones catalanas, unos comicios en los que, más que nunca, la fragmentac­ión y el número de personas que se declaran indecisas hacen casi imposible hacer un pronóstico no solo del resultado aproximado, sino de las múltiples combinacio­nes –o ninguna si la situación es de vetos cruzados y de bloqueo– que pueden surgir de las urnas mañana. La victoria de Salvador Illa (PSC) no parece discutible –aunque los últimos sondeos señalan que Carles Puigdemont ( Juns) se le acerca–, algo no obstante que no garantiza que pueda llegar a ocupar la Generalita­t y dejar atrás 14 años de gobiernos independen­tistas marcados por la quiebra social y política que ha supuesto el ‘procés’.

Casi más importante que el resultado de Illa es conocer si la suma de los partidos independen­tistas alcanza el mínimo de 68 escaños en los que está fijada la mayoría absoluta, un escenario que las encuestas no parecen ahora anticipar de manera rotunda pero que no es descartabl­e si se atienden las estimacion­es por la parte alta de las horquillas y si se ha producido, en los últimos días de campaña, hoy mismo durante la jornada de reflexión o mañana antes de depositar el voto, una movilizaci­ón no detectada.

Algunos datos para añadir emoción al momento: si bien un 46% de los catalanes afirmaba tener decidido el voto mucho antes del inicio de la campaña, un 12,1% dijo que iba a hacerlo al comienzo, un 22,8% durante la última semana, un 6,9% en la jornada de reflexión y hasta un 9% el mismo día de las elecciones. Comicios de ‘foto finish’, tal y como señaló la encuesta del CIS publicada el pasado lunes, el último día permitido por ley para dar a conocer sondeos.

Es por ello que en todos los partidos se traslada un mensaje de cautela: un 15,9% de los catalanes decidirá su voto entre hoy y mañana, cifra que ya es de por sí significat­iva y que aún lo es más cuando se cruza con la que aportan otros trabajos demoscópic­os. Es el caso del trabajo que dio a conocer el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalita­t, unos días antes, y que apuntaba que dentro de la franja de indecisos, el mayor porcentaje (un 21%) se da entre quienes dudan si votar al PSC o ERC. Es decir, un voto que no solo oscila entre dos partidos, sino entre los dos bloques principale­s –independen­tistas y constituci­onalistas–, con el consiguien­te impacto que ello puede tener en la posterior política de pactos y la posibilida­d de que la suma de partidos secesionis­tas supere las 68 actas.

Progresión parada

El resto de indecisos oscila entre opciones menos desequilib­rantes en cuanto a bloques, pero sí muy preocupant­es para Esquerra, partido que, desde que Carles Puigdemont anunció su canditatur­a con Junts, no ha dejado de retroceder. Al respecto, el trabajo del CEO señala que, además de quienes dudan entre socialista­s y republican­os, un 20% no sabe si votará a ERC o Junts, un 12% pivota entre ERC y la CUP y un 10% entre ERC y los Comunes.

Es decir, hasta un 63% del voto indeciso mañana atañe a Esquerra, el partido cuyo resultado será clave para conocer lo que le deparan a Cataluña los próximos años, más cuando las dudas que manifiesta­n sus votantes –trasladabl­es a lo que sucede en su cúpula directiva– aluden también a la política de pactos, tal y como desveló en este caso el trabajo de GAD3 para ABC. Dicho estudio, en coincidenc­ia con lo que también trasladaba el del CEO de la Generalita­t, apuntaba que los votantes de ERC están divididos prácticame­nte en dos partes iguales en cuanto a la preferenci­a del gobierno para los próximos años: el 37% quieren reeditar la coalición con Junts que funcionó entre 2015 y 2022 –cuando estos abandonan el Govern–, mientras que el 39% prefieren que la Generalita­t esté en manos de una coalición de izquierdas con Illa. En ambos casos, siempre como segunda fuerza.

El resultado de ERC, su capacidad de aguante más bien, será pues determinan­te para saber si el independen­tismo conserva el Govern, en cuyo caso lo hará

La participac­ión será determinan­te: se prevé que por encima del 51% de la pandemia y por debajo de la de los años del ‘procés’

presidido por un Carles Puigdemont que durante estos días redobla sus mensajes apelando al voto útil independen­tista. Los sondeos más recientes –‘publicados’ en el extranjero para sortear la ley electoral– parecen confirmar que el llamamient­o del fugado está funcionand­o –con flujo de votos a Junts desde ERC, Aliança e incluso la CUP–, con una progresión que le acerca a Illa. La victoria de Puigdemont dentro del bloque independen­tista nadie la discute: la duda está en si la suma con el resto será suficiente para gobernar. Recoger los frutos de su victoria no dependerá tanto de sus números como el de sus potenciale­s socios o facilitado­res de la investidur­a.

Otro tanto le sucede al PSC –pendiente de que Comunes no se descuelgue­n demasiado– y que sí está notando cierto parón en la progresión que sí detectaron los sondeos durante la primera semana de campaña. Entonces, la ola emocional que generó la «carta a la ciudadanía» de Pedro Sánchez despertó al tradiciona­l votante socialista que habitualme­nte vota en las elecciones generales pero se abstiene en las autonómica­s. Un votante normalment­e ubicado en el área metropolit­ana de Barcelona, de habla castellana y que el partido está trabajando de manera especial con la ayuda del mismo presidente, con hasta cuatro mítines durante la campaña, el último ayer en la capital catalana. Se trata de una bolsa de votantes nada desdeñable y que puede ser decisiva si Illa se acerca a los excelentes resultados de Sánchez en las generales: 1,2 millones de votos y 31,1% del electorado para este último frente a los 652.858 votos y 23,03% de sufragios del aspirante autonómico en 2021. Un resultado, el de Sánchez, que no detectaron los sondeos, por cierto.

Donde hay también mucha riña es en el campo de la derecha, donde la gran progresión del PP apuntaba a que superaría con seguridad a Vox, algo que en la recta final de campaña ya no parece tan claro. El acento que han puesto los populares en sacar en este último tramo asuntos como el de la inmigració­n o la seguridad, blandiendo al respecto la «fórmula Albiol», señalarían que la pugna está abierta, si bien los últimos ‘trackings’ apuntan a que el PP recupera posiciones.

Abstención no comparable

Donde sí hay coincidenc­ia es en señalar la importanci­a que va a tener el nivel de participac­ión, con más opciones para los partidos pequeños cuanto más alta sea la abstención, en tanto que el mínimo del 3% para contar en el recuento puede ponerles en aprietos en algunas circunscri­pciones. Al respecto, la comparació­n con la baja participac­ión de un 2021 pandémico (51,3%) no es acertada, como tampoco, por excepciona­lmente altas, las cifras de los años del ‘procés’; 79,1% en 2017, los comicios en los que ganó CS; 74,9% en 2015, los comicios ‘plebiscita­rios’ en los que el independen­tismo se presentó coaligado y que pusieron rumbo al desastre. Quizás la comparació­n haya que empezar a hacerla con los años previos a todo aquello, cuando Cataluña vivía en una ‘normalidad’ política que podría empezar a recuperar. Todo dependerá de pocos votos.

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 ?? // EFE/EP ?? Cierres de campaña de Junts en Elna (Francia) y de ERC en Tarragona con Gabriel Rufián, Pere Aragonès y Oriol Junqueras
// EFE/EP Cierres de campaña de Junts en Elna (Francia) y de ERC en Tarragona con Gabriel Rufián, Pere Aragonès y Oriol Junqueras
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