La ONU amplía los derechos de Palestina y exige que se le reconozca como Estado miembro
La Asamblea General de la ONU votó ayer a favor de ampliar los «derechos y prerrogativas» de Palestina dentro de la organización internacional y exigió que sea admitido como estado miembro. Se trata del último esfuerzo para incorporar a Palestina como miembro de la ONU, que hasta ahora ha naufragado en el órgano decisivo para ello: el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos –gran socio de Israel– tiene derecho de veto.
La votación de ayer tuvo ante todo un carácter simbólico, pero consiguió el objetivo principal: retratar el apoyo mayoritario de la comunidad internacional a la membresía de Palestina, con 143 votos a favor, nueve en contra y 25 abstenciones.
Entre quienes se opusieron, claro, estaba EE.UU. Robert Wood, su segundo en la delegación ante la ONU, repitió la misma posición que ha mantenido la Administración Biden al respecto: «Hemos dicho desde el principio que la mejor forma de asegurar la membresía de Palestina en la ONU es a través de negociaciones con Israel», dijo Wood, que advirtió que si el Consejo de Seguridad vuelve a tratar este tema, EE.UU. volverá a vetarlo.
Nuevos derechos
La resolución votada ayer en la Asamblea General fue el producto de negociaciones intensas durante los últimos días para encontrar el máximo apoyo posible. El texto final recoge nuevos derechos para Palestina en su participación en organismos de la ONU, pero elimina su capacidad para votar. Y también incluye una referencia a que la ampliación de privilegios se realiza «de manera excepcional y sentar precedente», una exigencia de Rusia y China para que no busquen lo mismo otros estados que ansían ser miembros, como Kosovo y Taiwán.
La votación cerró una sesión combativa y emocional en la Asamblea. El embajador palestino, Riyad Mansour, recordó los horrores de la guerra en Gaza, dijo que no apoyar el texto era no apoyar la solución de los dos estados y acabó su discurso entre lágrimas, con el puño en alto y con un grito de «Palestina libre». Su homólogo israelí, Gilad Erdan, replicó que aprobar el texto suponía invitar a un «estado terrorista», mostró una foto de Yehya Sinwar, líder de Hamás, con la leyenda «presidente» y cerró su intervención con una trituradora de papel, donde metió varias hojas de la Carta de la ONU.