El sector de las TIC se une al turismo y el ladrillo como locomotoras de la economía española
Es difícil saber si la economía saldrá más fuerte del ‘shock’ de la pandemia, pero sí parece que tendrá un componente tecnológico mayor. Así lo sugiere el Observatorio Sectorial de Caixabank, un informe que descompone la fotografía de la economía española a partir del desempeño singular de 24 sectores y que perfila cuáles serán los que impulsen la economía en los próximos años.
La conclusión es que el motor de la economía española seguirá alimentándose del impulso de la construcción residencial y el turismo; de la capacidad de innovación de la industria farmacéutica; y, esta es la gran novedad, también del sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
«Los sectores relacionados con la digitalización y el sector farmacéutico han aumentado su peso en el total de la economía en la última década, gracias a la adopción de las nuevas tecnologías digitales y a la fuerte apuesta por la inversión en innovación de la industria farmacéutica», asegura Judit Montoriol, coordinadora del Observatorio Sectorial. «El dinamismo de estos sectores es especialmente relevante, pues tienen una productividad elevada y presenta un mayor crecimiento de la productividad».
La pujanza de la industria de las TIC es la gran novedad que se adivina en el patrón de crecimiento español en el futuro más inmediato. Según los autores, el crecimiento del 11% en las exportaciones de productos TIC en 2023 acredita que «en servicios de consultoría en tecnologías TIC, el sector español está destacando muy positivamente en los mercados internacionales».
A lo que apunta el informe es que este florecimiento de un pujante sector tecnológico e innovador convivirá con las que han sido las bases tradicionales del crecimiento español de toda la vida: el ladrillo y el sol y playa. Los analistas del servicio de estudios de la entidad consideran que el turismo se beneficiará de la mejora del poder adquisitivo en sus mercados emisores y de la mayor estabilidad geopolítica frente a otros destinos, y la construcción de factores más transitorios, como el desfase entre la oferta de vivienda nueva y la demanda, que hace prever que la construcción de viviendas crecerá de forma algo más dinámica pese a la persistencia de los factores que están frenando se despliegue como los altos costes de construcción o los tipos de interés.