Viaje al epicentro del despilfarro socialista
▸El pueblo arrastrará hasta el siglo XXII la deuda inicial de 63 millones de euros tras el centenar de empresas quebradas ▸Los dos únicos proyectos que terminó su exalcalde no llegaron a nada; gastó 40 millones en esqueletos de hormigón
Atreinta minutos de la capital hispalense, donde los naranjos de la Vega del Guadalquivir se entremezclan con las encinas de la Sierra Norte de Sevilla, un mastodóntico edificio de cuatro plantas despunta sobre la imagen panorámica de la carretera nacional. Tiene Burguillos, municipio de 6.000 habitantes cuya principal fuente de empleo e ingresos es la agricultura, un centro cultural de 8.000 metros cuadrados para el que se invirtieron casi seis millones de euros y que actualmente sólo se utiliza como biblioteca pública. Fue uno de los proyectos estrella de los socialistas al frente de su gobierno municipal, cuya etapa se remató con el alcalde entre rejas y un pufo de 63 millones de euros que mantendrá embargado al pueblo hasta el siglo XXII.
La ruinosa gestión motivó el vuelco sociológico en una tierra de arraigada tradición socialista. De tener un mapa teñido completamente de rojo cuando José Juan López tomó el bastón de mando en 1995 a que en los dos últimos comicios haya barrido el Partido Popular con mayorías absolutas. Juan Francisco Rodríguez, que fue concejal socialista en Alcalá del Río –municipio colindante– y es vecino de Burguillos desde hace dieciocho años, desertó de sus ideales tras los escándalos protagonizados a nivel local y regional por el PSOE: «Me han defraudado. A mí, que fui felipista y estuve tres días sin dormir después de que el presidente me diera un abrazo. No me han dejado más remedio que romper mi carnet y cambiar de voto».
Después de que ABC publicara el pasado martes que un fondo buitre norteamericano había comprado la deuda pendiente de aquellos tiempos de vacas gordas, una hilera de cámaras de televisión y periodistas hacen cola frente al Ayuntamiento. Su actual alcalde, Domingo Delgado (PP), tiene citados a los medios por la mañana y a los vecinos afectados por los posibles embargos por la tarde. Pocos quieren hablar en un pueblo en el que «nos conocemos todos», dicen unos agricultores mientras vacían a mediodía una gélida litrona. El alcalde omnipotente de los años de dispendio, que entró en la cárcel en 2016 tras acumular varias condenas por fraudes urbanísticos y que sigue a la espera de la instrucción de otras causas, trabaja ahora como carnicero, establecido en un local a doscientos metros del que durante catorce años fue su despacho principal.
José Juan López murió de éxito. Su carisma e incuestionable poder de convicción entre sus votantes le llevaron a orquestar la trama de Burguillos Natural, sociedad municipal que utilizó para esquivar los controles financieros y de contratación. Además de su sueldo como alcalde, cobraba como presidente de esta mercantil más de cien mil euros anuales. Ni los por entonces presidentes del Gobierno (Rodríguez Zapatero) y de la Junta de Andalucía (Manuel Chaves) ganaban tanto como este alcalde. Su gerente, el
también socialista Jacinto Rozas, percibía casi seis mil euros mensuales. Con las tarjetas bancarias que ambos disponían dejaron una roncha de 170.000 euros. Pagaban noches de hotel, viajes por Europa, relojes, bolsos de lujo, abonos para el fútbol y comidas en los restaurantes más lujosos del territorio nacional. Su buen paladar quedó demostrado en una comida con langostinos, ostras, almejas, cocochas, lubina, besugo, lenguado, pulpo y navajas. Eso sí, «los licores corrieron por cuenta del restaurante», según se especificaba en una de las sonrojantes facturas. Entre sus múltiples viajes hubo uno especialmente polémico a Rumanía para reunirse, supuestamente, con la gimnasta Nadia Comaneci, que debía asesorarlos para la construcción de un futuro pabellón municipal que finalmente, y como el resto de macroproyectos urbanísticos de la etapa socialista, se paralizó cuando ya no hubo manera de tapar la quiebra de la empresa local.
La sede de Burguillos Natural SL, el gran resorte de la época del pelotazo, lleva años cerrada. Frente a ella, uno de los grandes paradigmas de la corrupción socialista: más de 40 millones de euros enterrados bajo un cementerio de esqueletos de hormigón. En un perímetro relativamente corto están, a medio terminar, la piscina climatizada cubierta que costó 5,2 millones de euros, la estructura de un colegio que prometía ser el primer centro educativo financiado y dirigido por un ayuntamiento de Andalucía, el parking subterráneo con capacidad para 500 vehículos que costó 6 millones de euros y la central térmica alimentada por biomasa de 2,5 millones de euros. La primera planta de este aparcamiento está inundada y los materiales de la central térmica han sido expoliados; en los
El pufo que dejó la etapa socialista al frente del Ayuntamiento se cifró en 63 millones y no se saldará antes de 2103