Corredor de fondo, política al esprint
Primer secretario del PSC y candidato a la Generalitat ▸ El exministro de Sanidad, tras ganar en 2021, aspira a una victoria que ahora sí le permita gobernar
El pasado 1 de mayo, Salvador Illa citó a ABC a las 8.30 de la mañana para realizar una entrevista electoral. Lo apretado de la agenda de campaña explicaban el madrugón en día festivo, nada que molestara a un candidato que aún se había levantado más temprano que plumillas y fotógrafo. Lo había hecho a las cinco de la mañana para correr unos kilómetros: disciplina espartana para quien aspira a presidir la Generalitat y a la vez sigue corriendo maratones. El último, el de Barcelona, en marzo, con una marca de 3 horas y 40 minutos, récord personal, nada mal para alguien que cumplió 58 años el pasado 5 de mayo, en plena campaña.
La perseverancia que exige correr maratones no es la mayor ‘excentricidad’ para un político de izquierdas que en Cataluña se declara católico y perico, pero sí que sirve para definir la personalidad política de alguien que, en su segundo intento, aspira ahora sí a hacerse con la presidencia de la Generalitat. En 2021 ganó los comicios, en lo que fue a la práctica un triple empate entre PSC, ERC y Junts, pero no pudo gobernar al sumar el independentismo mayoría absoluta. Puede suceder de nuevo.
A esos comicios concurrió de manera sorpresiva después de que, de acuerdo con Pedro Sánchez y su partido, abandonase el puesto de ministro de Sanidad –que le convirtió en un rostro conocido en toda España al liderar la respuesta a la pandemia de Covid– para sustituir a un desgatado por los años del ‘procés’ Miquel Iceta. Primero le relevaría como candidato en las elecciones autonómicas y luego como líder del PSC, partido del que Illa fue secretario de Organización entre 2016 y 2021, años de ‘fontanero’ en los que la formación paso de la devastación que le supuso los años del ‘procés’ a la recomposición que les llevó a recuperar el poder local y volver a ganar en 2021.
El suave trotar del corredor de fondo nada tiene que ver con los tiempos sincopados de la política moderna, por lo que todo lleva a pensar que si no se hace con la presidencia de la Generalitat tras las elecciones de hoy parece poco probable que vuelva a repetir, se supone que en 2028, aunque una legislatura de cuatro años sea mucho aventurar.
La de hoy sería pues la última bala, al menos en cuanto a candidato autonómico, para un Illa que comenzó jovencísimo su andadura política como concejal y luego alcalde de su pueblo, La Roca del Vallés (Barcelona). Saltó a la Generalitat en la época del tripartito, de ahí salió al sector privado para regresar como alto cargo al Ayuntamiento de Barcelona antes de aterrizar en Sanidad, etapa que le ha valido algún disgusto por su cercanía al caso Koldo. Corredor de fondo, sosegado en las formas, aspira a acabar con catorce años de secesionismo en el Govern.