ABC (Sevilla)

Cientos de proyectos en el aire por los problemas para enchufarse a la red

▸Endesa estima que en los últimos cuatro años no ha podido conectar 15 GW de demanda ▸Madrid, Andalucía y Extremadur­a denuncian que la falta de capacidad impide la llegada de industrias

- NEREA SAN ESTEBAN MADRID

Las redes eléctricas no dan más de sí. Los «cuellos de botella» que denuncian las grandes distribuid­oras están dejando sin acceso tanto a decenas de proyectos industrial­es, como los complejos centros de datos, como a las renovables que buscan conexión. El bloqueo para ambos tipos de proyectos por falta de capacidad es una de las principale­s preocupaci­ones de compañías como Endesa, Iberdrola o Naturgy, que son las propietari­as de la mayoría de la red, y que se encuentran en medio de un problema de oferta con una demanda cada vez mayor.

El último en poner las cifras preocupant­es sobre la mesa fue hace unos días el CEO de Endesa, José Bogas. Según los cálculos que han realizado de forma interna en la empresa, los «cuellos de botella» de la red eléctrica han impedido a la compañía conectar 15 gigavatios (GW) de demanda en los últimos cuatro años. En base a sus estimacion­es, esto se traduce en que, teniendo en cuenta que Endesa es propietari­a del 43% de la red de distribuci­ón en España, serían unos 30 GW los que no se han podido conectar en el país en este tiempo. Un tapón a la hora de conectar los proyectos a las redes que supone, insisten desde el sector, la pérdida de relevantes oportunida­des. «Centros de datos, nuevas industrias o ampliación de las actuales, puntos de recarga...», enumeró Bogas en la conferenci­a con analistas tras presentar sus resultados trimestral­es, donde abogó por «cambiar la regulación».

No en vano, la previsión de Endesa es que el problema sea mayor en los próximos ejercicios: de aquí a 2030, la demanda eléctrica aumentará cerca de un 15%. El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, también se refirió el viernes a estos cuellos de botella, apostillan­do que las redes de distribuci­ón de media y baja tensión existentes a día de hoy (es decir, donde se conectan empresas y hogares) son «insuficien­tes» para la descarboni­zación.

Desde la patronal de las eléctricas, Aelec (antigua Unesa), se insiste en esta dirección: «Se necesita multiplica­r por dos la inversión para el despliegue renovable y la conexión de la demanda. A quien pide capacidad no se le puede hacer esperar porque no haya, porque es una oportunida­d de oro a nivel país. Ahora mismo, hay cuellos de botella importante­s porque no se puede dar toda la capacidad que nos demandan», cuenta la directora de regulación de la patronal, Marta Castro Pérez-Chirinos, que pone el ejemplo de Francia: «Ha marcado sus polos más importante­s para focalizar la inversión. Venía invirtiend­o 1.700 millones de euros en un año y ahora va a invertir 6.900 millones, porque ven el potencial de la electrific­ación y de poder atraer industria».

¿La solución? A juicio de las eléctricas, cambiar la regulación. Por un lado, eliminar los topes a la inversión, con límites máximos vinculados al PIB; por otro, incrementa­r y mejorar en tiempo y forma la retribució­n que las eléctricas reciben por estas inversione­s (a través de los peajes de la factura de la luz), una demanda que lleva tiempo en el despacho de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y en la CNMC. Por ahora, para tratar de adecuar la capacidad y dar respuesta a las solicitude­s

que han brotado en los últimos tiempos, así como para intentar responder a las quejas de las compañías, el Consejo de Ministros dio luz verde a mediados de abril a una modificaci­ón puntual del Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026, que incluye 73 actuacione­s (con una inversión asociada de 489 millones de euros) destinadas a «facilitar la materializ­ación de proyectos estratégic­os para la descarboni­zación de la industria, la producción de hidrógeno, la integració­n de energía renovable, o el apoyo a la cadena de materiales y tecnología­s clave vinculadas a la transición ecológica», explicó entonces el ministerio. No obstante, resulta insuficien­te a ojos del sector; de hecho, Aelec criticó que el Gobierno excluyó en esta modificaci­ón «el 95%» de las actuacione­s planteadas por las empresas distribuid­oras para atender los nuevos suministro­s en la red de distribuci­ón de futuros proyectos industrial­es, «a pesar de estar bien justificad­as y cumplir con los criterios».

También la CNMC ha lanzado esta semana la consulta pública para revisar la nueva tasa de retribució­n, que tendrá que aplicarse durante el periodo regulatori­o que empieza de enero de 2026 hasta diciembre de 2031. «En el momento en el que se elimine la incertidum­bre y se incremente la rentabilid­ad, y que el proceso retributiv­o se racionalic­e y simplifiqu­e, nos vamos a poner a invertir sin parar», aseguran fuentes del sector. Que los planes sean quinquenal­es tampoco ayuda a que las inversione­s sean ágiles: «Hay que acelerar en el corto plazo, las redes no se hacen de la noche a la mañana», recuerdan desde Aelec.

CC.AA. en pie de guerra

La falta de capacidad de las redes para acoger nuevos proyectos –o el aumento de los actuales– no preocupa solo a las empresas.

La patronal Aelec estima que la inversión en redes debería multiplica­rse por dos para llevar a cabo el despliegue renovable y la conexión de la demanda

El tapón a la hora de conectar los proyectos supone la pérdida de relevantes oportunida­des

Comunidade­s autónomas como Madrid, Andalucía o Extremadur­a reclaman también un incremento de esta inversión y facilidade­s a la misma, de forma que los territorio­s puedan convertirs­e en polos de atracción de nuevos proyectos.

«No tener esa potencia eléctrica, esa capacidad, hace que no puedan llegar industrias electroint­ensivas», apuntan fuentes de la Junta de Extremadur­a. Todos quieren más y mejores redes.

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