ABC (Sevilla)

Los tesoros escondidos de los hermanos Grimm

La biblioteca perdida de los autores del diccionari­o alemánán

- CELIA FRAILE GIL C. FRAILE

Hasta ahora, se pensaba que la única fuente de versiones originales de cuentos de los hermanos Grimm como ‘Cenicienta’, ‘Rumpelstil­tskin’ o ‘La Bella Durmiente’ eran los denominado­s manuscrito­s de Oelenberg. Pero sólo comprenden 46 de las 200 historias de uno de los libros de literatura infantil más populares de la historia. Dos siglos después de su publicació­n, el profesor de la Universida­d de Kassel Holger Ehrhardt, dedicado al estudio del legado de los célebres hermanos, ha encontrado en su archivo de Berlín más de medio centenar.

De dónde obtuvieron los hermanos Grimm las historias y cómo elaboraron las sucesivas versiones que después se esparciero­n por todo el mundo ha sido objeto de investigac­ión durante años. Se dedicaron de forma incansable a recopilar cuentos de la tradición oral entre gente corriente del pueblo y también personas cultas y nobles de la región de Hesse, en el centro de Alemania. Para elaborar sus relatos, los Grimm se apoyaron en una especie de «relatores», que les enviaban los textos o bien les contaban las historias, que después eran transcrita­s. Uno de los mayores estudiosos de esas fuentes fue el folclorist­a alemán Heinz Rölleke, quien ya avisó de que en el archivo berlinés de los hermanos había muchos textos que no habían sido identifica­dos correctame­nte, «pero nadie los había examinado con atención hasta el momento, por lo que pude encontrar 57 textos que pueden considerar­se la versión original. Algunos de ellos, por supuesto, ya han sido publicados, pero no con mucha precisión», indica Ehrhardt.

El germen de ‘Cuentos de la infancia y del hogar’ comenzó a gestarse en Kassel a comienzos del siglo XIX, cuando el país vivía un periodo de exaltación nacional y estaba en plena búsqueda de las raíces alemanas. Los románticos Clemens Brentano y Achim von Arnim, dedicados a rescatar la poesía popular en la creencia de que en ella residía el espíritu del pueblo, encargaron a Jacob rastrear la biblioteca de la ciudad en busca de antiguos poemas.

Junto a su hermano Wilhelm, se dio cuenta de que las historias del folclore y la tradición oral eran una valiosa reliquia del pasado alemán y ambos se afanaron en esa exhaustiva recopilaci­ón. Entre 1807 y 1810 registraro­n 46 manuscrito­s que llevaron a Brentano que, sin embargo, decidió no pu

Recientes hallazgos sobre los orígenes es de sus célebres cuentos de hadas y sobre su biblioteca personal arrojan nueva luz al imponente legado de estos pioneros de la filología y el folclore germánicos

Los hermanos Grimm dividieron su gran capacidad de trabajo entre los cuentos de hadas y el desarrollo de la filología germánica, de la que fueron grandes pioneros y a la que contribuye­ron con la creación de un diccionari­o. Esos dos grandes proyectos convergier­on en una más que considerab­le biblioteca que nutrieron durante décadas hasta llegar a superarar los 8.000 libros. Gran parte de elloslos se exponen en Berlín, pero hubo ejemplares de la colección que se perdie-perdieron tras la Segunda Guerra Mundial. undial. La Biblioteca de la Universida­dad polapola ca de Poznan acaba de anunciar que ha encontrado veintisiet­e de esos libros entre sus fondos. La institució­n ya había detectado ocho incunables y un grabado antiguo del siglo XVI procedente­s de su biblioteca privapriva-dada, por lo que las profesoras Eliza PiePie-ciul-Karmiska y Renata Wilgosiewi­czSkutecka decidieron emprender una nueva búsqueda. «Los Grimm trataban su biblioteca ante todo como una herramient­a de trabajo, por lo que de

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Arriba, original de ‘La novia blanca, y la novia negra’ de la Biblioteca de Berlín. Abajo, el ‘Simpliciss­imus’ de los Grimm hallado en la Universida­d de Poznan // ABC
MADRID Arriba, original de ‘La novia blanca, y la novia negra’ de la Biblioteca de Berlín. Abajo, el ‘Simpliciss­imus’ de los Grimm hallado en la Universida­d de Poznan // ABC
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