ABC (Sevilla)

25 de junio, fecha tope para el primer intento de investidur­a

▸ El día después de las europeas del 9-J acaba el plazo para repartir la Mesa del Parlament

- D. TERCERO BARCELONA

Las cartas están echadas desde el domingo (a falta de una mano del voto de los residentes ausentes) y ahora toca jugarlas. Lo primero que hay que decidir es la persona que dirigirá el Parlamento de Cataluña salido de las urnas del domingo, así como el resto de miembros de la Mesa. No es un cargo menor en una cámara en la que los independen­tistas llevan catorce años forzando las costuras de las competenci­as legislativ­as autonómica­s.

La Mesa de Carme Forcadell (ERC), por ejemplo, jugó un papel imprescind­ible en todo el ‘procés’ y sin su visto bueno no hubiera sido posible tramitar de urgencia y con nocturnida­d las famosas leyes de desconexió­n de los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Estas normas, ilegales, sustentaba­n el proyecto de referéndum aprobado por el Govern secesionis­ta.

El plazo para la elección del presidente del Parlament finaliza el 10 de junio, solo un día después de la celebració­n de las elecciones europeas. Es Pere Aragonès, presidente de la Generalita­t en funciones y de salida tras anunciar ayer que no repetirá como diputado, el que tiene la potestad de convocar el pleno de constituci­ón de la nueva cámara.

Una vez constituid­a y elegidos los miembros de la Mesa, que se votarán en tres fases (primero, el presidente; luego, los dos vicepresid­entes y finalmente, los cuatro secretario­s), es el turno para el presidente parlamenta­rio. Será él el encargado de realizar una ronda con los líderes de los grupos políticos para proponer a un aspirante a presidente de la Generalita­t. Desde ayer, Salvador Illa (PSC) y Carles Puigdemont ( Junts) han anunciado que darán el paso. Pero será el presidente del Parlament el que determine, en función de los apoyos manifestad­os por los grupos en su ronda de consultas, quién se enfrentará a una sesión de investidur­a.

Si Aragonès no convoca hasta el 10 de junio, el plazo máximo para la votación de investidur­a será el 25 de ese mes. Si en esa fecha no hay presidente autonómico, se abriría un plazo de dos meses, que serán una cuenta atrás para la repetición electoral 54 días después. El reloj, por lo tanto, empezaría a contar para evitar este escenario que, ayer mismo, todos pidieron evitar.

En manos de ERC

En consecuenc­ia, no es menor la primera de las batallas que se darán en el Palacio del Parque de la Ciudadela (Barcelona). El presidente parlamenta­rio, además, dentro del poco margen que le permite la ley, cuenta con un ‘vacío’ para manejarse políticame­nte si en los diez días que tiene de consultas y convocator­ia de un pleno de investidur­a no lo hace. Aunque este no parece el caso, pues Illa y Puigdemont tienen intención de formalizar su petición para ser investidos.

La mano del juego la tiene Illa como ganador de las elecciones. Pero solo ERC puede romper la baraja si decide no apoyar al socialista y, además de irse a la oposición, tampoco a Puigdemont.

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