Los Blood en Sevilla contactaban con los jefes supremos de la banda
▸ La Guardia Civil detiene a otro cabecilla de la primera pandilla latina que se instala en la provincia
La investigación sobre la implantación de la banda latina de los Blood en la provincia de Sevilla ha seguido su curso alejada de los focos. A finales del año pasado, los servicios de Información de la Guardia Civil descabezaban al bloque —así denominan los pandilleros a la estructura local de la organización— que había logrado establecerse de manera estable en el área metropolitana de Sevilla. La operación policial era relevante porque por primera vez se demostraba la existencia de una peligrosa banda operando con sus reglas en esta zona.
La Guardia Civil confirmaba ayer que ha ejecutado una segunda fase de la llamada ‘Operación Macana’. «En ella, tras la obtención de diferentes indicios, se ha conseguido la identificación de otros componentes del grupo violento juvenil que también actuaban en la provincia de Sevilla. Finalmente, los agentes pudieron detener a una persona, mayor de edad que, junto a los detenidos en la primera fase de explotación, desempeñarían las funciones de dirección, gestión y control de los Blood en la provincia de Sevilla. Se trataría de un tercer cabecilla. En la primera fase cayeron dos menores de 17 años que fueron enviados a un centro de menores en noviembre. Uno de esos adolescentes fue el responsable, según las pesquisas de los agentes, de abrir la sucursal de los Blood en un municipio del Aljarafe cuando apenas tenía 15 años.
Este menor tiene parte de su familia afincada en Madrid y viajaba frecuentemente a la capital madrileña donde permanecía largas temporadas. Fue en una de esas cuando entró en contacto con los Blood y con algunos integrantes del bloque central. Se cree que el grupo en Sevilla comenzó a funcionar en 2022. Por esas fechas la Guardia Civil tiene ya las primeras denuncias de peleas callejeras y agresiones en las que hacían ostentación de los emblemas de la pandilla: el color rojo y la letra B. Muchas de esas reyertas las cometen en ferias locales para ganar en visibilidad e infundir miedo entre los adolescentes.
En esta segunda fase, según detalla la Guardia Civil en un comunicado remitido ayer, los investigadores también han podido acreditar cómo los integrantes de esta banda en Sevilla recibían órdenes e instrucciones de los principales líderes mundiales que dirigen la organización criminal desde el continente americano. Eso da una idea del nivel de implantación que habían logrado en la provincia y el reconocimiento que tenían por parte del resto de la organización criminal, una de las más peligrosas a las que se enfrentan los cuerpos policiales.
Los Blood nacieron como pandilla en Los Ángeles, en 1972. Sus primeros miembros pertenecían a la comunidad afroamericana y se organizaron para arrebatarle el control que tenían los Crip sobre una zona concreta de la ciudad. Esa banda pasaría a ser su principal rival. Las investigaciones policiales determinan que los primeros grupos que llegan y se instalan en España lo hacen en 2002, aunque no será hasta 2010 cuando una operación desarrollada en Torrevieja (Alicante) confirmaría la existencia de una estructura estable y perfectamente organizada de los Blood en España.
Asesinato por encargo
El año pasado, la Audiencia de Barcelona condenaba a su líder nacional, que se llama William Samuel Cañizares Arias, a 17 años de cárcel por ordenar el asesinato de un antiguo miembro de la banda que decidió salirse. Dos menores lo ejecutaron cuando estaba en un parque de Hospitalet de Llobregat con su novia. La investigación determinó que el jefe de los Blood les había encargado el asesinato de quien consideraban un desertor.
Una de las características de este grupo es el uso de menores para cometer delitos. En el caso de la investigación llevada a cabo en Sevilla, la Guardia Civil cree que en estos dos últimos años de actividad de los Blood al menos medio centenar de menores pudieron formar parte de la pandilla de manera más o menos continuada. Fuentes consultadas por ABC señalan que esta organización acude a entornos próximos a centros de menores o pisos tutelados para captar a adolescentes que luego usarán para llevar a cabo sus actividades.
La operación ha sido desarrollada por agentes del Grupo de Información de Sevilla y de la Unidad Central Especial de la Guardia Civil, en una investigación coordinada por la Fiscalía de Menores de Sevilla y el Juzgado de Menores número 2 de Sevilla.
La investigación apunta a que más de medio centenar de adolescentes ha llegado a formar parte de la banda en esta zona