ABC (Sevilla)

Ashley Madison: la casa de papel mojado de 37 millones de infieles

Un documental recién estrenado en Netflix recuerda el ‘hackeo’ masivo que sufrió en 2015 el salón de citas virtual entre personas con pareja

- JAVIER VILLUENDAS

« La aventura perfecta no es conocer a alguien sino que no te descubran». ¡Begoña y Milei! Netflix ha estrenado un documental sobre Ashley Madison, la web de citas para infieles que se prometía una fortaleza digital para vivir una juerga extramarit­al sin poner en peligro el sagrado sacramento... y que fue ‘hackeada’ en 2015. ‘Karma Police’, que cantaba Radiohead, eran los de los anuncios aquellos con Berlusconi, Don Juan Carlos, Clinton, etc. «La vida es demasiado corta. Ten una aventura», rezaba el eslogan de una empresa que, en puridad, era un castillo de naipes construido por las sólidas manos de un bebé beodo.

La web aseguraba un reservado virtual para conocer con discreción a otros humanos con ganas de mambo y, supuestame­nte, había hombres y mujeres, aunque ellas, se destapa, sobre todo eran perfiles falsos o bots. Y, como en las discotecas de Salou, las féminas también pagaban menos, imprescind­ibles para que el cortijo de la cornamenta funcionara al parecer. De hecho, canta por soleares de primeras el atractivo de los clientes, incluso gente muy joven… Ya.

El negocio era ingente, pues se pagaba por cada mensaje y no por suscripció­n. Y si te querías dar de baja, ¡había que pagar 20 dólares! Luego se descubrió que ni te borraban la cuenta, una estafa a los estafadore­s de su propia relación. ‘Karma Police’ por partida doble, en julio de 2015, cuando se produjo el ‘hackeo’, la corporació­n fornicaria tenía unas ganancias de un cuarto de millón al día y 37 millones de datos de adúlteros en peligro de todo el mundo. Y el fantasma de la ansiedad recorrió el orbe...

El CEO, el ‘Minister of Affairs’ (como se lee en la puerta de su despacho), Noel Borderman, solía ir a los programas de televisión con su esposa. El rey de la infidelida­d, un presunto marido monógamo tradiciona­l, quizá se granjeó algunos enemigos. O a saber. Y así se difundió finalmente en la ‘deep web’ el nombre de los clientes de la compañía canadiense y sus filias sexuales tipo que te defequen encima. La medallita de máxima cibersegur­idad en la web estaba cuidadosam­ente hecha con Paint. Qué podía fallar.

Una gran mujer, esposa de un pastor al que echaron de su escuela y se suicidó por la vergüenza de la difusión, se lamenta en la docuserie tanto de quienes estaban (al estar mediado por esta empresa pensaron que no era tan conflictiv­o) como de quienes, morbosos, buscaban los nombres de estos con santurrone­ría: «Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra», resume. Tras uno de los ‘hackeos’ más mediáticos de la historia, Ashley Madison no solo no se hundió sino que afirman ser hoy 70 millones de usuarios. ¿Perdón y espaldaraz­o? ¿La lógica tampoco es fiel?

‘Minister of Affairs’ Noel Borderman, el CEO, se vendía en la televisión como un marido monógamo

 ?? ??
 ?? // AFP ?? Un hombre mira una web de citas
// AFP Un hombre mira una web de citas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain