Los toros perduran en el tiempo
Esta carta al director es una nimiedad al lado de lo que se podía escribir sobre la tauromaquia. Para los que somos aficionados a los toros, cuando oímos ciertas opiniones sobre el festejo, no se puede permanecer indiferente. Estas personas antitaurinas creo que no entienden que es un patrimonio cultural y artístico. La tauromaquia se remonta a la Edad de Bronce y ha ido evolucionando a lo largo de los años hasta ser una parte de la cultura nacional. La tauromaquia abarca multitud de campos, manifestaciones artísticas, música, pintura, literatura... No cabrían en un libro para describir todo lo que se fragua entorno al toro bravo. Las industrias que giran alrededor son variopintas, y lo más importante la cría del toro de lidia en las ganaderías bravas. Para los que hablan de su abolición recomiendo que reflexionen sobre el dinero que aporta cualquiera de los festejos que se celebra en torno al toro bravo. Por citar alguno: la corrida goyesca que se celebra a finales de verano en Ronda, la Feria de Jerez o la de Sevilla, San Isidro, la corrida de La beneficiencia, que se celebra en Madrid y que se inició en el siglo XVII para financiar las carencias de algunos hospitales. Hay además muchas más que se celebran con fines benéficos. Luego hay ciertas corridas temáticas, como la Magallánica, que se celebra en Sanlúcar de Barrameda, y que como otras muchas que se celebran en España atraen turismo, con el aporte económico que esto significa. La afición es tal que en muchos pueblos en los que no existen plazas físicas se montan plazas provisionales para los festejos. ¿Qué sería de los San Fermines si no existiera el toro bravo? La tauromaquia es sin lugar a duda un patrimonio cultural de España que se debe cuidar, fomentar y no atacar. Y ya ni qué hablar de la afición en Hispanoamérica. Un Gobierno no debe crear adversión hacia ciertas aficiones y posturas, y marcar falta de apoyo para su desenvolvimiento. Hay que caminar hacia delante y no tratar de destruir lo que está arraigado, para tratar de complacer a unos cuantos. Ahora mismo la gente joven está apostando por ir a las corridas de toros, como dice un anuncio que está circulando: «Los toros están de moda». Y se está creando una afición joven que apoya los festejos taurinos, aunque el presidente Pedro Sánchez diga que no le gustan los toros.
Bien por el Parlamento de Andalucía, que ha apoyado la tauromaquia para que la fiesta permanezca y otorgará un premio para compensar el que ha retirado el Ministerio de Cultura.
MARÍA TERESA HOYA SEVILLA