José Luis, el ejemplo de vida
José Luis Marcos Sánchez-Terreros (-2024)
Cazador
de amaneceres helados, agazapado en puestos a la espera de admiradas palomas en bandadas.
Micólogo asustadizo y cotejador de ejemplares, so pretexto de visita y charla en aldea corteganera, siempre alegremente recibido y obsequiado con apreciados boletus y tanas.
Curioso paseador de caminos serranos e inveterado de sus restos, aldeas y riberas.
Incansable viajante cual mercader ambulante en busca de comprador, embriagador en irradiante ilusión.
Prudente capitán de barco «taylorense». Pescador de caña débil y nadador de aguas poco profundas, probador de echador de redes con mala fortuna.
Incansable y estudioso letrado, excelso bandido en la atención de juzgadores y adversarios, temido en la práctica probatoria «Acércate como un ángel y golpea como un demonio».
Sensato consejero e infalible visionario. Agitador de masas atraídas en Conde de Regla y «Cercao Pared». Aglutinador de amistades con querencia unánime a su compañía.
Contador de infinitas anécdotas, jocosas e hilarantes.
Virtuoso y predicador de bondades, generoso en el acogimiento y llevanza de pequeñas criaturas sedientas de aventuras. Hacedor de las grandes virtudes humanas; nunca un mal gesto. Jamás.
No ha lugar a hipérboles en tales descripciones. Todo ajustado a la realidad.
Dichosos por el testimonio que nos regalaste.
Tío, compañero y amigo del alma, la mejor persona que he conocido en todos los sentidos, sostenemos todos, lejos de subjetividades cuando el juicio es compartido en irremediable conclusión.
Has dejado un cráter que sanaremos con tu recuerdo.
Ahora más que nunca, sé que nos volveremos a encontrar.