ABC (Sevilla)

Hubertus de Hohenlohe homenajea a su padre con un exclusivo club de pádel

▸ El hijo del Príncipe Alfonso de Hohenlohe busca resucitar el gusto de la Marbella de los años dorados

- AMPARO DE LA GAMA MARBELLA Bri-

El Príncipe más transgreso­r de la aristocrac­ia europea, Hubertus de Hohenlohe, celebra por todo lo alto el centenario del nacimiento de su padre, Alfonso de Hohenlohe, que marcó un antes y un después del concepto del turismo en nuestro país en los años 60. Para esta onomástica tan especial, el hijo del noble se traslada a Treviso para inaugurar un exótico club de pádel, que muestra, en exclusiva, a ABC: «Se da la coincidenc­ia de que se cumplen cien años del nacimiento de mi padre, a la vez que se cumplen cincuenta años de cuando él trajo el pádel a Europa. Es por eso que inauguramo­s este club tan exclusivo en Italia, con la colección de ‘Head’. Mi padre inventó el pádel en Marbella Club y esperamos que ahí tenga el auténtico reconocimi­ento y no solo una placa que reza: ‘Aquí estuvo la pista de pádel de Alfonso de Hohenlohe’».

Hubertus anuncia a este medio que la fiesta que organizan en Treviso el próximo martes 28 de mayo va a contar con numerosas caras de la jet-set italiana: «Mi abuela vivió aquí muy cerca. Es un lugar mágico para nosotros. Se van a dar cita gente del mundo del deporte, del cine y de la televisión. Solo una vez en la vida es el centenario de alguien tan especial como mi padre y en Italia han sabido darle su sitio siempre».

Infravalor­ado

El aristócrat­a lucha porque su padre reciba el reconocimi­ento que realmente se merece en la Costa del Sol

Aunque también reivindica «l’enfant terrible de la aristocrac­ia», y que en Marbella Club también le den este espacio: «Deben hacerlo con nuestras señas de identidad, con el logo que ha creado mi primo Pablo de Hohenlohe, y en el lugar donde mi padre inventó el pádel cuando Marbella Club era solo la finca Margarita y empezó a recalar toda la nobleza de Europa. Ya he pedido a la nueva propietari­a del hotel, Jennica Shamoon, que se sigan nuestra directrice­s para darle el lugar que se merece mi padre».

Hubertus considera que en Marbella deberían darle más importanci­a a la figura del Príncipe Alfonso: «Está bien que tenga una calle, pero debería tener una estatua o un monumento. Alguien tan enorme como fue él merece mucho más. Muchos saben en Marbella lo que se le debe a mi familia, qué menos que se haga un torneo con el nombre de mi padre».

Hubertus ensalza la labor de su progenitor: «El pádel que él creó en Marbella Club fue un sitio de encuentro ideal donde se daban cita toda la gente guapa que venía a practicar este deporte tan novedoso. Desde Philippe Junot, Manolo Santana o Borj, pasando por los argentinos del polo de Sotogrande que impregnaro­n de guapura este deporte tan emblemátic­o para toda la costa. Mi padre ha dado miles de puestos de trabajo... Esa avalancha de turismo fue gracias a él. ¡Debería ser patrimonio nacional!».

En este nuevo proyecto está siendo de gran ayuda su esposa, Simona Gandolfi. Precisamen­te hace poco tiempo la mujer del aristócrat­a tuvo que dejar su boutique de Marbella Club: «Prácticame­nte la echaron de allí porque querían meter otras marcas, algo que nunca entendimos porque la tienda funcionaba fenomenal. Ahora, estamos en otro proyecto maravillos­o».

En otra de las apuestas que Simona apoya a Hubertus es en su proyección musical. Al igual que le apoyó también su madre, Ira de Fustemberg.

Cuando le preguntamo­s a Hubertus: ¿Qué diría su padre si levantara la cabeza y escuchara el disco ‘La noche peligrosa’, compuesto por su Príncipe heredero en barras americanas? Él responde, entre risas, «creo que disfrutarí­a mi canción porque mi padre tenía mucho sentido del humor y le gustaba todo lo que era pura transgresi­ón. Esta canción que saco ahora, ‘ La noche peligrosa’, está rodada en Puerto Banus y en una Marbella que él no reconocerí­a nunca. Marbella ha cambiado. Ya no está esa gente que venía, Audrey Herpurb, o Gina Lollobrigi­da que me hacía fotografía­s. Yo dormía más veces en casa Catalina

que en la mía propia. Esa era la Marbella de mi padre y no la de ahora. Habría que resucitar el buen gusto que impregnó mi padre a Marbella».

De esa época queda poco, como el padrino de Hubertus, el conde Rudy, María Luisa de Prusia y su gran amiga

Gunilla. «Mi querido Rudy le pone mis canciones a sus nietos y las cantan en el coche. Rudy es un amor, se ocupa mucho de mí. Le sigue gustando tanto la vida que es un ejemplo para todos. Antes, en su tiempo, fluían diferente las cosas porque era todo una fusión de conceptos. Pero ha llegado un momento en que el pasado y el futuro tienen que mezclarse. En Marbella Club debe de haber un presente. Que no solo aparezcan las fotos de Gina Lollobrigi­da, sino las nuevas también. De

gitte Nielsen, por ejemplo».

 ?? // ABC ?? Hubertus de Hohenlohe muestra el club de pádel inaugurado en honor a su padre
// ABC Hubertus de Hohenlohe muestra el club de pádel inaugurado en honor a su padre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain