La vuelta del Yuyu
Después de catorce febreros esperando su vuelta, la tribu de la cancelación corrió a tachar de rancio al chirigotero
DECÍA José Guerrero ‘El Yuyu’ que cuando llegó a Sevilla vio a gente que hacía las pizzas en las guanteras de los coches y las barbacoas en lo alto del capó de un R5, que ha habido veranos que ha tenido que encender el termo para que saliese el agua fresquita. Quién le iba a decir al humorista gaditano que años después, por si el bochorno fuera poco, el anuncio de la ansiada vuelta de su chirigota al Falla iba a calentar a media Andalucía.
La polémica ha aflorado tras publicar en su cuenta de Twitter el cartel con el que desvelaba el nombre de su agrupación para el Carnaval 2025: ‘ Los James Bond que da gloria verlos’. En la imagen aparece el célebre espía británico y dos mujeres en ropa interior. Para qué más. No tardaron ni un cuarto de hora en salir en tromba esa turba de indignados y pejigueras a pasear su moral de plastilina, su frágil concepto de una libertad unidireccional que siempre desemboca en el pataleo insulso, en la rabieta inquisidora.
Después de catorce febreros esperando el retorno del autor a las tablas y faltando seis meses para que suenen los primeros acordes, la tribu de la cancelación corrió a tachar de machista y rancio al chirigotero. Que si está denigrando a la mujer, que si la estampa es del siglo pasado. Miren, lo que es realmente del siglo pasado es querer coartar la libertad creativa de todo hijo de vecino, lo que es antiguo es que haya un séquito de censores, siempre con la escopeta cargada y el pulgar en ristre contra la pantallita, que no se esperan si quiera a escuchar el repertorio para echar por tierra el trabajo de un artista. Lo que era propio de esa época oscura, que tanto pregonan que está de vuelta, era enclaustrar el humor, querer circunscribirlo al parterre moral de la dictadura del pensamiento dominante.
Creo que el feminismo tiene cosas más importantes por las que pelear que echarse encima de un carnavalero o increpar a una chavala que hace tartas en Tik Tok para su novio y que, precisamente, ha utilizado la gasolina de la cólera wokista para hacerse famosa. Por ejemplo, qué se yo, podrían empezar por ir a por esa señora que preside el Instituto de la mujer y que, presuntamente, ha estado lucrándose con un tema tan serio como la violencia de género. Pero no, mejor cacarear eso de que dan miedo nuestras tetas y luego escandalizarse al ver a dos señoras en lencería. Tras haber deconstruido a James Bond en la última entrega de la saga y después de esta polémica estéril, el tipo elegido se desvela como un acierto rotundo, no sé si incluso deliberado. Tiene una oportunidad de oro El Yuyu para mandar a esta troupe a la mismísima venta del nabo… o del coño, con perspectiva de género, claro.