Puigdemont sí intentó llegar a Putin, según la Policía
Un informe policial de hace 15 días revela una estructura organizada para lograr apoyo del ruso a la independencia de Cataluña Dos equipos trataron de «establecer relación con miembros de la Administración e Inteligencia rusas»
Desde unos días antes del referendo y las posteriores declaraciones de independencia de 2017, y durante su fuga de la justicia, Carles Puigdemont trató por varías vías de hacerle llegar mensajes directos a Vladímir Putin para lograr su apoyo a la ruptura con el resto de España, según revela un detallado informe de la Comisaría General de Información de hace sólo 15 días para el juzgado que instruye la causa de la trama rusa, que ha sido elevada al Tribunal Supremo por los delitos de traición, malversación y pertenencia a organización criminal atribuidos al expresidente catalán y otras 12 personas.
El informe policial, de 196 páginas y reservado, identifica una estructura organizada de varios niveles para la internacionalización del proceso independentista, buscando el apoyo expreso de Rusia con dos equipos separados que se reportaban a Puigdemont continuadamente, borrando conscientemente su rastro para no dejar pruebas.
Asegura el informe de la llamada Operación Troya que una estructura «buscaba de forma activa y perseverante, establecer relaciones con miembros de la administración y de los servicios de inteligencia rusos, con el fin de obtener el apoyo económico y político de la Federación de Rusia para la causa secesionista de Cataluña, al margen del ordenamiento jurídico, del Gobierno de España y en perjuicio de los intereses nacionales y de la UE».
El Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona elevó el mes pasado la causa al Supremo por la gravedad del caso y el hecho de que Puigdemont y otro imputado sean aforados. Este informe se sumará a la causa, cuando el Supremo decida sobre las imputaciones.
En contra de lo mantenido por Puigdemont y su equipo, en especial su abogado Gonzalo Boye y su jefe de gabinete Josep Lluis Alay, el entonces presidente catalán sí buscó entrar en contacto con las más altas esferas del Kremlin justo cuando la Policía detecta que comenzó la injerencia de Rusia en el proceso independentista, con mensajes de Julian Assange y Wikileaks en redes sociales; desinformación publicada en portales estatales del Kremlin como RT y Sputnik, y visitas de espías y agentes de inteligencia rusos a Cataluña.
Una carta para «VP»
La Policía ha detectado que Víctor Terradellas, fichado por Artur Mas y Puigdemont como conseguidor internacional, viajó a Moscú entre los días 26 y 29 de septiembre de 2017 con la intención expresa de hacerle llegar un mensaje a Putin. Para ello se valió de intermediarios, uno de ellos una periodista catalana que también ha sido imputada, Natalia Boronat. Eso viene a demostrar, para los agentes, que ya había una intención de obtener un reconocimiento internacional ruso ante una inminente declaración de independencia, declarada inconstitucional por la justicia. Dice el informe policial que las pruebas «revelan que el encargo que V. Terradellas había pedido a N. Boronat, consistía en activar su red de contactos para hacer llegar al presidente de la Federación Rusa un mensaje en personal del MHP (Molt Honorable President)».
Terradellas, Boronat y otros intermediarios hablan de «una carta», o como dice Boronat en un mensaje intervenido, «el mensaje que queréis hacer llegar a VP», siglas de Vladímir Putin. Esa carta la recibe Terradellas de Francesc Dalmases, diputado autonómico catalán del partido de Puigdemont, también imputado y aforado. «Acuérdate de la carta», le dice Terradellas durante su viaje a Moscú. Terradellas cree que puede hacérsela llegar a Putin por medio de un influyente académico llamado Sergei Markov, con quien se ve. «La reunión ha ido tan bien que mañana quiere volver a quedar», dice Terradellas. «Les ha gustado mi idea de Europa, junto con la alianza que te expliqué».
Entre 2011 y 2018, Terradellas fue secretario de relaciones internacionales de Convergencia Democrática de Cataluña y candidato de Junts en las elecciones al Parlamento de Cataluña en 2015, ambos partidos de Puigdemont. Fue un apoyo crucial para que este último sucediera a Mas en la presidencia de la Generalitat tras los vetos de otros partidos independentistas. Fue detenido el 24 de mayo de 2018 en la Operación Estela por delitos contra el patrimonio, falsedad documental, tráfico de influencias y fraude sobre bienes públicos.
La Policía detecta que el día que regresa Terradellas de Moscú a Barcelona, 29 de septiembre de 2017, dos días antes del referendo ilegalizado, que dará paso a las dos declaraciones de independencia, hacen el mismo trayecto el académico Markov, al que recurren para que le haga llegar mensajes a Putin, y «el reconocido miembro de la unidad 29155 del GRU, Denis Vyacheslavovich Sergeev». Este último, alias Fedotov, es un integrante de una unidad especial y secreta de la inteligencia militar rusa que se dedica a operaciones de guerra híbrida en Europa, y que participó, se
gún el Reino Unido, en el intento de envenenamiento de Sergei Skripal.
Es Terradellas quien facilita una reunión en la residencia oficial del presidente de la Generalitat, la Casa de Canonges, con Puigdemont; Terradellas; la directora general de coordinación interdepartamental de la Generalitat de Cataluña, Elsa Artadi; el mediador Jordi Sardà; el exdiplomático de la Federación rusa, Nikolay Sadovnikov y el exmilitar y empresario, Sergei Motin. Según la Policía, «esta reunión sería el inicio de una simbiosis ruso-catalana que continuará durante la existencia de la estructura investigada y que cristalizará en dos proyectos liderados en la parte catalana por C. Puigdemont, el proyecto de criptomonedas y el de equipos de comunicación».
Sardà, otro imputado, mantendrá después contacto con Terradellas, y llega a circular una reunión de Puigdemont, ya fugado en Bélgica, con Putin. Terradellas responde: «¡Hostia!», «fantástico», «cenamos esta noche y hablamos», «me das lo del búlgaro», «y el domingo a ver al nen». Este último, que se traduce como «niño», es el apodo que le dan a Puigdemont en este círculo.
En el informe, el primer grupo de trabajo da el relevo a otro, comandado por Alay, contratado por la Generalitat como jefe de gabinete del expresidente, y el abogado Boye. Este entra ya en contactoto conc altos funcionarios rusos, como Evgueni Evg Primakov Jr., jefe de la Agencia Federal para los Asuntos de Colaboración rac con la Comunidad de Estados Independientes Ind del Gobierno de Rusia, «nombramiento que fue celebrado en varias conversaciones por los investigados como una ventana de oportunidades para acceder a la administración rusa». También se acercaron a Oleg Syromolotov, viceministro de Asuntos Exteriores y exdirector de contrainteligencia del Servicio Federal de Seguridad, el FSB, antiguo KGB. Dice el informe que «son las vías a través de las que obtener un reconocimiento diplomático». Para la Policía, esta trama se pone en marcha por indicación Puigdemont, dos proyectos separados, que se mantienen activos con otro equipo, comandado por Alay y Boye, cuando Terradellas es detenido y por tanto neutralizado. Uno de ellos es un proyecto de traer criptomonedas a Cataluña, para dar trato favorable a Rusia en esos sistemas de pago opacos, en el que está implicado otro imputado, Zeus Borrell, del que se dice que obtuvo licencias para hacer transacciones bancarias de alto nivel. Constan de él viajes a Dubai y a Rusia.
El otro es un proyecto de comunicación internacional para apoyar el independentismo con ayuda de la desinformación rusa, en el que los agentes implican, según este informe, a varias empresas catalanes.
Vendrell, Madí y Roures
Tras una reunión del empresario Oriol Soler con Assange en Londres en noviembre de 2017, el informe dice que «se habría creado un equipo conjunto de comunicación, que estaría integrado al menos por [Xavier] Vendrell, [David] Madí y [ Jaume] Roures». Ninguno de ellos ha quedado imputado en la causa del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona. El objetivo era crear un relato favorable al reconocimiento de Cataluña como sujeto internacional con derecho a la autodeterminación y obtener apoyo político y económico de otros países. Para lograrlo, se contaba con una sociedad civil movilizada de manera sostenida, considerada decisiva para «doblegar la voluntad del estado y forzar la negociación».
En sus pesquisas, la Policía detecta que los investigados borran mensajes y se instan a hablar solo en persona.
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Tras una reunión con dos rusos en la residencia oficial del presidente, nace un proyecto de comunicación y otro de criptomonedas