Los hutíes abren un nuevo flanco de guerra y tensan más a Israel
Mientras con una mano apagan los incendios provocados por la aviación israelí en el puerto yemení de Hodeida, los rebeldes hutíes siguen disparando nuevos drones contra ciudades hebreas. El Ejército norteamericano informó ayer sobre la destrucción de varios proyectiles yemeníes que sobrevolaban el mar Rojo en dirección a Israel. Se cumple, pues, la amenaza de las autoridades rebeldes yemeníes en los últimos días: el ataque del sábado pasado contra el puerto de Hodeida es el comienzo de una nueva fase en las hostilidades contra Israel.
¿Qué amenaza real pueden suponer los modestos hutíes del Yemen para el supertecnológico Estado hebreo? Por lo pronto, una tensión diaria en sus defensas aéreas. Y un gasto militar, que ya está más que estresado por los otros tres conflictos bélicos que en estos momentos están a diario sobre la mesa del primer ministro, Benjamin Netanyahu: el de la franja de Gaza, para «aniquilar» a Hamás; el del Líbano, para disuadir a Hizbolá de sus ataques con la amenaza de una guerra abierta; y el que plantea Irán. Al igual que el Yemen, el régimen persa también puso a prueba en fechas recientes el escudo defensivo aéreo de Israel; pero con un coste económico aún mayor para Israel.
Los cuatro conflictos están en relación directa con la guerra de Gaza – provocada por la brutal ofensiva de Hamás el pasado 7 de octubre–, por lo que la campaña yemení es otro acicate más para poner punto final, o al menos una fecha límite, a la operación militar que se desarrolla en la Franja.