La firma sin jefes que hace satélites y surte a Airbus
Indaero es una pyme sevillana que fundó un mecánico para grabar placas de buzones y ahora crea pegatinas, etiquetas y piezas para gigantes aeronáuticos
Indaero es una pyme sevillana que tiene su origen en la década de los 70 cuando un exmecánico empezó grabando placas de metal para los buzones y ha acabado creando piezas para cientos de satélites y siendo proveedor de gigantes como Airbus, a los que surte de etiquetas, pegatinas, fundas para los motores o textiles para cubrir las alas de sus aviones.
Ahora esta compañía quiere despegar. Lo hará con un nuevo compañero de viaje: el fondo Krisos le ha comprado el 75% y ha creado una firma sin jefes. ¿El objetivo? Cambiar la cultura empresarial y, de paso, pisar el acelerador de la facturación duplicando las ventas en tres años.
Su aterrizaje se ha llevado a cabo con un par de requisitos: el salario más alto no puede superar en 2,5 veces al más bajo y, además, los trabajadores tenían dar luz verde a la operación. Así fue, el 87% de los empleados votó a favor de dar la bienvenida a Krisos, un fondo que repartirá el 25% de los beneficios entre la plantilla. En la actualidad, esta firma es un grupo de ingeniería dedicada a fabricar equipamiento para compañías aeronáuticas y espaciales, pero su origen se remonta al siglo pasado cuando un mecánico de la antigua Construcciones Aeronáuticas (la firma que hoy es Airbus) grababa por las tardes placas de los buzones de sus vecinos. Su negocio fue creciendo hasta que decidió fundar su propia empresa para dedicarse de lleno al grabado industrial. Primero, los casilleros de amigos y conocidos, poco más tarde llegaron las señales de aparcamientos, las placas de autopistas, de la Catedral de Sevilla o incluso del Parlamento de Andalucía. Unos meses después, nacería una colaboración con Airbus para surtirle de rótulos. Indaero fue creciendo de forma paulatina entre miles de pegatinas, etiquetas y textiles: llegó el primer contrato para dar forma a 80 piezas para aviones que le encargó Aciturri y, poco después, en 2008, cerró un acuerdo con Airbus para fabricar los equipos que protegen al avión A400M cuando está en tierra. Tras ello, ha surtido de placas, fundas o incluso maquinaria a otras muchas aeronaves como el MRTT, el C295, el A330 o el A350.
La compañía también se ha adentrado en la impresión aditiva, más conocida como 3D, para crear componentes de cientos de satélites y ha sido reconocida como caso de éxito en la web de la NASA. Sin embargo, el Covid le asestó un duro golpe, tuvo que reducir su plantilla casi a la mitad y pidió créditos ICO para sortear esta crisis. Fue entonces cuando diversificó aún más el negocio incorporando la fabricación de mascarillas y diverso material sanitario para distribuirlos a través de Amazon.
Tras este último giro de timón, el que hasta entonces era su CEO, Darío González, entró en «crisis existencial» y decidió que era el momento de dar entrada a algún inversor que les acompañara en el periplo. Apareció Krisos, con su modelo empresarial que rechaza las jefaturas y opta por la horizontalidad. El año pasado, las ventas de esta pyme fueron de 2,3 millones de euros, en 2024 lograrán los 3,3 millones y el objetivo es alcanzar los 4,6 para el año 2026. A partir de entonces, el fondo se planteará vender la firma a los empleados para que siga alzando el vuelo como una cooperativa.