ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Calló ante el acoso a los toros en Barcelona
Heredó una de las empresas taurinas más importantes de la historia del toreo
Pedro Balañá Forts, fallecido a los 93 años de edad en Barcelona, era hijo de Pedro Balañá Espinós, Don Pedro, como se conocía en el mundo del toro a uno de los empresarios más importantes de la historia del toreo. Cuando Pedrito tenía apenas tres años, en 1927, su padre se hizo con la gestión de las plazas de Barcelona, la Monumental y Las Arenas. Y en 1965, cuando murió Don Pedro, heredó un imperio que incluía los cosos catalanes y también los de Jerez y Linares, además de la gestión de otras muchas plazas de importancia, como la de Sevilla o Zaragoza, y el apoderamiento de primeras figuras. Al negocio creado por su progenitor ya se sumaban entonces los cines y teatros más importantes de la Ciudad Condal.
La empresa Balañá lo ha sido todo en el toreo, y lo sigue siendo en la distribución cinematográfica y teatral. Su fundador marcó una época. Hablar de Balañá era hablar de un modelo de gestión, de ideas innovadoras. Pedro Balañá Forts trabajó codo con codo junto a su padre, el gran Don Pedro, en los años de mayor esplendor. Entre la década de los cuarenta y los sesenta, la capital catalana se convirtió en el auténtico centro del planeta taurino, por encima incluso de Madrid en cantidad y calidad de los festejos ofrecidos.
Siempre al lado de los aficionados, siempre apoyando a los toreros que triunfaban. Toros los jueves y los domingos. La empresa Balañá supo crear un clima de expectación que mantuvo viva una afición entendida, forjada sobre la propia tradición taurina de Cataluña. A la vez, el imperio de cines y teatros seguía creciendo.
Así hasta los años ochenta, cuando la llegada de los nacionalistas al poder de la Generalitat marcó un punto de inflexión en la actividad taurina de la empresa Balañá. La Monumental siguió dando toros cada temporada, pero el cerco nacionalista a la Fiesta que comenzó a urdirse desde la Cataluña oficial no tuvo en el hijo de Don Pedro una contestación clara. Los aficionados le han achacado siempre una especie de acuerdo de no agresión entre los postulados nacionalistas y la consolidación del negocio de cines y teatros.
Durante el proceso que llevó a la abolición de las corridas de toros en Cataluña, el silencio se apoderó de los Balañá, que dejaron la gestión de sus plazas en manos de la empresa Matilla. Y tras la sentencia del Tribunal Constitucional que levantó la prohibición, su hijo, el tercer Pedro Balañá, sentenció con que, «de momento», no se iban a dar toros en la Monumental.
Dicen los allegados a la familia que Balañá Forts mantenía la ilusión por volver a programar una corrida de toros en Barcelona y que, por esa ilusión, la empresa ha mantenido la plaza en perfectas condiciones. Pero la realidad es que desde el 25 de septiembre de 2011 el coso permanece en silencio. Aquel día, el hijo de Don Pedro aseguró que «seguiría habiendo toros». Su última voluntad.