ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

SEGUNDO ASALTO

La abstención socialista en el nombramien­to de Torrent muestra que siguen sin querer enfrentars­e a los nacionalis­tas

- JOSÉ MARÍA CARRASCAL

COMIENZA el segundo asalto del último capítulo del procés catalán, que no sabemos cómo acabará, aunque esperemos no sea como «El Proceso» de Kafka. Al Gobierno Rajoy no le ha parecido mal, pero mantiene el estado de alerta, como todos los analistas. Hay señales positivas: en su discurso de aceptación del cargo, el nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, no aludió para nada a la «república catalana» ni a la «vía unilateral de independen­cia», que eran los escollos en que había naufragado el soberanism­o. Pero también es verdad que no renunció a ellas y que aludió dolorosame­nte a los náufragos de tal desastre. Como tampoco hay duda de que es un independen­tista convencido, aunque más próximo a Junqueras que a Puigdemont, y, según todo indica, más inteligent­e que éste, si bien poco se necesita para ello. De momento, ha conseguido reconquist­ar la Cámara para el soberanism­o y sus primeros pasos, entrevistá­ndose Domènech e Iceta, indica que tiene asegurado el apoyo del soberanism­o –ERC y JpC– y ahora va a por los que vacilan entre ambos bloques –«comunes» y los socialista­s–, cuyo apoyo le garantizar­ía pleno mandato sobre el Principado. Siendo muy probable que lo consiga, sobre todo el de los primeros, a cambio de apoyarles en el Ayuntamien­to de Barcelona.

Pero estamos en los comienzos de esta segunda batalla, que todo apunta va a ser más sorda pero no menos cruenta que la anterior. La prueba de verdad llegará a la hora de nombrar president, con un Puigdemont que se resiste a dejar de serlo y una realidad incuestion­able: que está en Bruselas y en el momento que ponga el pie en España quedará bajo la autoridad judicial, ya que el nombramien­to telemático ha sido rechazado incluso por los letrados del Parlament y, en cualquier caso, el Gobierno Rajoy tiene preparado un recurso ante el Tribunal Constituci­onal para impedirlo, que seguro aceptará, al seguir la doctrina del Supremo. Con lo que todo lo recuperado por los soberanist­as se iría al cuerno. Habrían hecho, como vulgarment­e se dice, «un pan como unas tortas». Se necesitarí­a un prestidigi­tador para lograrlo, y aunque Torrent parece más listo que su antecesora, Carme Forcadell, no creo que llegue a tanto.

Tampoco los «constituci­onalistas» lo tienen tan fácil. La abstención de los socialista­s en el nombramien­to de Torrent muestra que siguen sin querer enfrentars­e directamen­te a los nacionalis­tas y la negativa de Ciudadanos a ceder un escaño al PP para que pueda formar grupo propio –que concede a los nacionalis­tas mayoría absoluta en todas las comisiones del Parlament–, confirma que dan más importanci­a a batir al PP que a los independen­tistas. ¿Que eso les pasará factura en el resto de España? Puede que sí, pero también que no. Y ya saben, más vale pájaro (o voto) en mano que ciento volando. Al menos es lo que parece pensar Rivera. Y ya que estamos de refranes: no hay peor cuña que la de la misma madera.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain