ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«EL SEPARATISMO HA FRACASADO»
Miles de constitucionalistas toman de nuevo la calle en Barcelona y reclaman «seny y un Govern para todos»
«Somos una marea de gente, todos diferentes, vamos al mismo compás». Con los acordes de la canción de Macaco se plantaba ante la estación de Francia de Barcelona la cabecera de la manifestación convocada para reclamar sensatez y un gobierno para todos los catalanes. Personalidades de espectros políticos distintos y, en algunos casos, contrarios, se volvieron a conjurar ayer contra el proceso independentista en una nueva convocatoria de Sociedad Civil Catalana. La entidad marcó otra vez el compás del constitucionalismo y consiguió reunir tras el lema «Ahora más que nunca seny» –eslogan de la pancarta principal– a representantes de PP, PSC y Ciudadanos como la ministra Dolors Montserrat, Miquel Iceta y Albert Rivera, pero también a otros como el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, la actriz Rosa Maria Sardà o al exprimer ministro francés Manuel Valls. El discurso de este «hijo del ba- rrio barcelonés de Horta», como él mismo se definió sobre el escenario, fue sin duda el más aclamado por los asistentes. «El proceso separatista no tiene ningún sentido y ha fracasado», subrayó minutos antes de la manifestación.
Alrededor de las personalidades –y volviendo a la letra de Macaco– se congregó una «marea de gente». Izaban banderas de todo tipo: catalanas, europeas, francesas, de Tabarnia y de la Guardia Civil, pero sobre todo españolas. Según la Guardia Urbana había 7.000 asistentes. Sociedad Civil Catalana, por su parte, contabilizó cerca de 200.000 personas. En todo caso, la asistencia quedó lejos en números de la convocatoria del 8 de octubre, cuando la entidad consiguió sacar por primera vez a la calle a muchos constitucionalistas que hasta entonces permanecían en silencio viendo como el independentismo hacía suya la calle.
Vivas a España y Cataluña
Con una «playlist» de fondo donde además de Macaco sonaron acordes de Ana Belén («España, camisa blanca»), Cecilia («Mi querida España») y Joan Manuel Serrat («Mediterráneo»), el denominador común fue el de reclamar un gobierno de la Generalitat «para todos», en un momento en el que la disputas partidistas de las formaciones independentistas están dilatando la investidura de un nuevo presidente.
De fondo sonaban también los cánticos de los asistentes. El «Viva España y visca Cataluña» fue muy repetido y una parte de los manifestantes clamó «Puigdemont, a prisión», mientras, con sus gestos desde el escenario, los responsables de SCC trataban de que el grito no prosperase.
Subió al escenario la actriz Rosa Maria Sardà y cargó contra los independentistas, que no consideran a los constitucionalistas buenos catalanes «por discrepar». Pero también lanzó un mensaje al Gobierno de Mariano Rajoy. «Que se limpien los oídos, que una parte importante de lo que pasa en Cataluña es culpa suya. Que dejen de jugar los de aquí y los de allá a ver quién la tiene más larga», exclamó antes de incidir en la necesidad de tender la mano ya que, aseguró, «sobran insultos y faltan argumentos» y «es necesario un esfuerzo de invitación a la convivencia».
La corrupción convergente
Villarejo, por su parte, defendió la labor de los jueces y fiscales en las causas abiertas contra representantes del proceso independentista y acusó a Esquerra y al PDECat de «violar el orden democrático» y de abusar de su poder. Especialmente duro se mostró con los herederos de Convergència al recordar la sentencia del Palau del a Música que demostró que durante los gobiernos de Jordi Pujol y Artur Mas este «partido delincuente» cobró al menos
6,6 millones de euros en «mordidas» a cambio de adjudicaciones públicas. Acabó con un guiño republicano. «Salud y, si es posible algún día, república española».
Sobre las tablas se empleó a fondo también el exdiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, tras muchos meses alejado de los focos por su imputación en una causa de fraude fiscal. Una vez absuelto, ayer volvió a salir a la palestra. Calificó de golpistas a los promotores del proceso independentista y les acusó de haber dividido y enfrentado a la población. Pese a eso, también tendió la mano. «Es un poco ingenuo pedir “seny” a quien ha dado un golpe de Estado, pero lo vamos a hacer, porque somos ciudadanos de Cataluña y queremos un proyecto común para todos».
Pero, sin duda, el discurso más aplaudido –también por los representantes políticos españoles asistentes– fue el del exprimer ministro francés Manuel Valls. En un intervención íntegramente en catalán, defendió que «Europa necesita a una España unida» y acusó a los independentistas de haber dividido Cataluña y de querer partir España cuando «Cataluña y España tienen un gran destino común».
El exministro constató el fracaso del proceso separarista y recordó que Europa ha dejado claro que la independencia de Cataluña no es viable. Dijo también que le dolió especialmen- te ver cómo muchos independentistas aprovecharon la manifestación de rechazo a los atentados de Barcelona de agosto para increpar al Rey y al Gobierno de Mariano Rajoy, cuando debía de haber sido un momento de duelo. «Seny, connivencia, unión... ¡Sed fuertes! Ganaréis porque sois la democracia», acabó Valls su discurso.
El último en intervenir fue el presidente de presidente de Sociedad Civil Catalana, José Rosiñol. «Bendito el procés que nos ha despertado como pueblo», celebró sobre el estrado. Aseguró también en un mensaje dirigido a los independentistas que «fuera del Estado de Derecho sólo hay populismo y arbitrariedad». Abogó por romper con los «muros identitarios» y por acabar con un proceso separatista que considera que solamente conduce a la decadencia.
Pasadas las 14 horas, la manifestación se dio por concluida en una capital catalana calentada por un sol primaveral y el discurso de Valls. Como ya es tradición, para cerrar el acto sonaron, acompañados del ondeo de sus respectivas banderas, «el cant de la senyera», el himno europeo y el himno español. La «marea de gente», que cantaba Macaco, rompió entonces filas. Los «diferentes» volvieron a caminar cada uno a su propio «compás», hasta que vuelvan a citarlos para recuperar el «seny» perdido.
«El proceso separatista no tiene ningún sentido y ha fracasado», dijo Manuel Valls