ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Puerto Rico no sale del huracán
En las calles empedradas del Viejo San Juan hay parranda cada noche y los gringos con dinero meten ruido con deportivos de alquiler en la avenida Ashford de Condado. Todo parece haber vuelto a la normalidad en Puerto Rico, hasta que un apagón –un suceso que ya es cotidiano en la capital del país– hace regresar al fantasma de María, el huracán que destrozó la isla hace mañana seis meses. Fuera de San Juan, para muchos la tragedia sigue tan viva como el 20 de septiembre del año pasado, cuando la tormenta desembarcó en la costa sureste de Puerto Rico y arrasó la isla como un rodillo. Cientos de miles de personas siguen sin luz. Casi tantos sin agua, ya que su bombeo depende de la electricidad. En las zonas costeras y en las regiones del interior la impotencia y la frustración se sedimentan, día tras día.
En Yabucoa, en Cayey, en Adjuntas, en Morovis o en Utuado hay zonas enteras que no han salido del apagón. Los que pueden gastan sus ahorros para la gasolina de generadores. Muchas casas siguen sin techo, con los toldos azules provisionales. Los hospitales no pueden atender las necesidades. La ayuda federal y de San Juan no es suficiente. Los afectados no pueden creer que esto ocurra dentro del territorio de la mayor potencia económica del planeta. Los puertorriqueños han protestado muchas veces por ser tratados como ciudadanos de segunda. La respuesta a María les ha dado la razón. [INTERNACIONAL]