ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Rector, presidente de rectores
Una vida al servicio de la actividad académica docente e investigadora
Estas líneas se escriben desde la emoción del autor, que despide a su mejor amigo y colega, un universitario español, vocacional y comprometido. La suya, es una vida lograda; su obra, una tarea bien hecha, plena de realizaciones al servicio de la actividad académica docente e investigadora; su entrega incondicional a todos le hacen acreedor del mayor reconocimiento. Hace un año escaso que el profesor López Pérez recibía el Premio Aragón, máximo galardón de la comunidad autónoma en la que se enraizó y vivió más de tres décadas. Afectado ya por la enfermedad, superando su permanente limitación visual, pronunció entonces, sin papeles, un discurso que reflejaba su compromiso con toda causa noble en favor del ser humano. Con la lucidez intelectual que le caracterizó, quienes lo hemos tenido cerca –y somos muchos– sentimos su capacidad de acogida y su don de consejo, facultades de las que disponía a raudales y que ejercía con generosidad.
Licenciado y doctorado en Farmacia (con dirección del inolvidable profesor Giménez Solves) en la Universidad Complutense en 1972, Manuel López llegaba como catedrático de Bioquímica y Biología Molecular a la universidad cesaraugustana, alma mater de Cajal, en 1983. Había madurado tras estancias en la Universidad de Bristol y se había focalizado en estudios sobre la mitocondria, factoría donde se genera la energía de las células. La autonomía genética de la mitocondria implica también que se deriven alteraciones patológicas de posibles cambios genéticos que afectan al ADN mitocondrial. La literatura científica recoge importantes logros de investigación de un profesor como Manuel López que supo hacer, con sus colaboradores, una tarea docente rigurosa al servicio de las sucesivas promociones de estudiantes.
En 2008 alcanzó el Rectorado de Zaragoza, elegido y reelegido por una mayoría raramente alcanzada, dirigió la UZ, entre 2008 y 2016, tiempos nada fáciles. Por su bien hacer fue reclamado en 2014 para para presidir la Conferencia de Rectores de las Universidades de España (CRUE). Con un consenso poco conocido, lideró la organización en la que los rectores de la mayor parte de nuestras universidades, públicas y privadas, encuentran el foro en el que canalizar sus inquietudes y problemas. Sus tareas rectorales, inspiradas siempre en su sentido universitario, resultaron altamente constructivas. Hizo uso del rigor, la firmeza y la flexibilidad, en la medida necesaria, dejando el eco de su obra en profesores, estudiantes y rectores; no es común en nuestro ambiente alcanzar un aprecio tan generalizado. Como ha reconocido su equipo tiene mucho valor tener un rector humanista que sabe echar mano del sentido del humor.
Imposible entender a Manuel López si su mujer, Merche Loarte, con la que ha creado su familia en los valores compartidos. «Lo pongo todo en manos del Señor», me decía hace poco, desde su vivencia cristiana cuando la enfermedad le impactaba. Sabemos que ya ha alcanzado la plenitud.