ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Uber frena su programa de coches sin conductor tras el primer atropello mortal
El siniestro, que implicó a una peatona que cruzó por un lugar indebido, amenaza con paralizar el desarrollo de los vehículos autónomos
Una mujer de 49 años murió el pasado fin de semana tras ser arrollada por un vehículo autónomo en Tempe, Arizona, según confirmó ayer la Policía de este suburbio de la capital del estado, Phoenix. Se trata del primer accidente mortal en el que un vehículo de estas características se ha visto implicado hasta la fecha.
El automóvil, propiedad de la empresa de movilidad Uber, se encontraba circulando en modo autoconducido cuando, según la versión policial, atropelló a la mujer –identificada como Elaine Herzberg–, que cruzaba la vía andando por un lugar indebido, informan Reuters y Afp. La cadena de televisión ABC, por su parte, ha publicado un vídeo y afirma que la mujer circulaba en bicicleta por la calzada cuando fue arrollada. En cualquier caso, resultó malherida y fue trasladada a un centro hospitalario, donde falleció. En el momento del suceso, en torno a las 22.00 horas del domingo, un técnico se encontraba en el interior del coche. Un segundo vehículo seguía a la unidad autónoma, un Volvo XC90 modificado.
«Nuestros pensamientos están con la familia de la víctima», aseguró la compañía en un comunicado. «Estamos cooperando totalmente con las autoridades locales para esclarecer el accidente», agregó la empresa, que anunció la paralización de su programa de vehículos autoconducidos.
Los dos organismos reguladores norteamericanos, la NHTSA y la NTSB, abrieron ayer una investigación del suceso en colaboración con Volvo. El fabricante sueco se desvinculó en un comunicado de los asistentes tecnológicos añadidos en el coche por Uber.
Golpe a la industria
hallan desarrollando este tipo de vehículos desde 2009, y centenares de prototipos han recorrido ya millones de kilómetros en Europa, América y Asia. Ahora, la batalla es allanar el camino legal para su implantación.
«Un siniestro con víctimas provocará un mayor control público y político de los coches autónomos», auguró ayer Glenn Chin, analista de Buckingham Research, en un informe para inversores recogido por Reuters en el que alertó de un impacto negativo sobre fabricantes y proveedores.
Justo el pasado viernes, tanto Uber como Waymo, la filial de Google responsable del desarrollo de vehículos autoconducidos, pidieron al Congreso norteamericano que desatasque la legislación para facilitar su implantación. Ésta se encuentra bloqueada desde el pasado octubre por las dudas de algunos congresistas sobre la seguridad de este tipo de vehículos.
El accidente también empañará la visión del público sobre esta tecnología, de la que ya desconfía. Solo el 12,9% de los españoles adquirirían un vehículo autoconducido, según un estudio de la Universidad de Valencia presentado ayer. Además, siete de cada diez preferirían conducir él mismo a dejarse llevar por la máquina.
Uber estaba efectuando pruebas de vehículos autónomos en Pittsburgh, San Francisco, Toronto (Canadá) y las cercanías de Phoenix (Arizona). Posee actualmente cien coches con estas características, con los que ha recorrido más de tres millones de kilómetros. Además, es una de las compañías que más se han implicado en el desarrollo de esta tecnología, junto con Waymo. El pasado noviembre encargó 24.000 vehículos a Volvo preparados para implementar funcionalidades autónomas, con un desembolso de 1.000 millones de dólares.
En marzo de 2017, un Volvo XC90 de Uber ya protagonizó un accidente en la misma localidad de Arizona, aunque no causó heridos. El siniestro obligó a suspender temporalmente el programa de vehículos autoconducidos. Según la Policía, se debió a que el otro vehículo no cedió el paso como debía.
Previamente, en mayo de 2016, el propietario de un Tesla Model S murió tras chocar su vehículo contra un camión mientras veía una película con el sistema de asistencia a la conducción Autopilot conectado. La compañía californiana fue declarada posteriormente «no responsable», tras dictaminar la NTHSA que el conductor no estaba atento a la conducción e ignoró las señales de aviso del vehículo para que tomara el volante.
El siniestro impacta de forma muy negativa en un momento clave para el coche autónomo