ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Emerge la «isla» de Sacedón
La crecida de las aguas se saluda con alegría y, a la vez, con temor. En la cabecera del Tajo temen que sea la excusa para aprobar un inminente trasvase hacia el Levante
Las intensas lluvias de las últimas semanas están transformando sensiblemente el paisaje donde se enclavan los pantanos de cabecera, Entrepeñas y Buendía, en la provincia de Guadalajara. Los embalses, después de años de desoladora sequía, continúan recogiendo aportaciones y se producen curiosos fenómenos, como el resurgimiento de la pequeña «isla» de Entrepeñas (Sacedón), resultado del cubrimiento de su playa por las aguas.
Según datos ofrecidos por los municipios ribereños, el embalse de Entrepeñas está ya al 20% de su capacidad (falta un 80% de agua), y el de Buendía al 14%. En esta zona se temen que la subida en el nivel de los embalses de cabecera «anime» al Gobierno central a un inminente trasvase hacia el Levante.
«Con un poco más de lo que tenemos, la Ley dice que hay excedentes en nuestros embalses. Algo que utilizan como excusa para trasvasar cuando no es cierto ni ha sido cierto nunca. Mientras, las desaladoras que todos hemos pagado, siguen paradas. Y siguen paradas porque en el hidronegocio está más subvencionada el agua de los trasvases que la de las desaladoras. Desaladoras que si se ponen en marcha a pleno rendimiento harían innecesarios los trasvases».
Los pantanos de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, han sumado en la última semana 78,793 hectómetros cúbicos, con lo que su reserva se sitúa en 388,14 hectómetros, el 15,68% de su capacidad total de embalse, que es de 2.474 hectómetros cúbicos. Este dato supone que los embalses de cabecera se encuentran por debajo del umbral mínimo no trasvasable, según la Ley de Evaluación Ambiental, fijado en 400 hectómetros cúbicos.
Según datos de la CHT, el embalse de Buendía tiene esta semana 226,510 hectómetros cúbicos de agua embalsada, 35,316 hectómetros más que la semana pasada, lo que supone el 13,82% de su capacidad total de embalse, que es de 1.639 hectómetros cúbicos. A su vez, la reserva de agua en el pantano de Entrepeñas ha subido 43,477 hectómetros cúbicos, de forma que almacena 161,630 hectómetros cúbicos, el 19,35% de su capacidad total, que se sitúa en 835 hectómetros cúbicos. Hace un año por estas fechas los pantanos de cabecera del Tajo almacenaban 452,708 hectómetros cúbicos, es decir, un 18,29 % de su capacidad total.
La Plataforma en Defensa del Tajo en Toledo opina que «lo positivo» de las últimas lluvias para el río es que le hace «recuperar su pulso» y devolverle «su aspecto y su imagen» al ejercitarse la función de arrastre y limpiarse los fondos. En declaraciones a Efe, su presidente, Alejandro Cano, señaló que una vez que baje el nivel del agua se notará que las lluvias «han favorecido» al río porque habrán arrastrado muchos sedimentos y las aguas volverán otra vez a estar depuradas o semidepuradas.
Hasta ahora, ante la sequía, el Tajo podría considerarse como «un sistema lagunar donde las aguas eran estancas, calmas y poco profundas». Con la crecida, la corriente ha eliminado mucha de la vegetación de juncos y carrizos que no es propia del río pero que se había hecho fuerte y cada vez más grande en toda la margen del Tajo. Cano vaticinó que «si el Tajo volviera al régimen natural que ha tenido siempre y se dejara que los embalses hicieran correr algo de agua de vez en cuando, simulando las crecidas y el estiaje propio de cada estación, es posible que en cuestión de 4 o 5 años se tuviera el río que fue en los años 60 y principios de los 70».
Pueblos ribereños «Con un poco más de lo que tenemos, la Ley dice que hay excedentes en nuestros embalses, algo que utilizan como excusa para trasvasar cuando no es cierto ni ha sido cierto nunca»